La Asociación Covid Persistente Islas Canarias nombró este viernes a sus primeros Socios de Honor con motivo de la celebración del Día Internacional de esta patología, una fecha que fue establecida el pasado año por iniciativa de los pacientes y que en esta ocasión defiende el lema El olvido que somos. La entrega de distinciones tuvo lugar en el Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas, y fueron dirigidas al catedrático de Neuropsicología José Barroso; al Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, al tesorero de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros; y al especialista en Medicina Interna Juan Francisco Vigueras.
«Por suerte, contamos con grandes referentes en Canarias y hay personas que nos están apoyando. A través de este acto, queremos agradecerles su esfuerzo y nos gustaría poder premiar el próximo año a otros profesionales», manifestó Inmaculada Pérez del Toro, vicepresidenta del citado colectivo. «Es muy importante seguir dándole visibilidad a esta patología. El único avance que hemos conseguido en estos cuatro años es que la Consejería de Sanidad haya admitido que nuestra enfermedad está infradiagnosticada», remarcó.
La primera persona que recogió el reconocimiento fue el doctor José Barroso, que fue distinguido por su compromiso profesional con los pacientes con covid persistente. Y es que el facultativo ayudó a la institución a firmar el primer convenio con la Clínica Universitaria de Psicología Psicovegueta y ha facilitado a muchos socios de la entidad valoraciones neuropsicológicas y la participación en investigaciones. Además, ha promovido talleres de rehabilitación cognitiva y ha contribuido en la formación de muchos profesionales. «Nunca dudamos que el covid podía dejar secuelas neuropsicológicas. Para mí ha sido un honor poder ayudar porque es lo que da sentido a mi vida profesional», aseguró el catedrático.
«Vamos a mandar un proyecto sobre microbiota y covid a un laboratorio», informa el doctor Vigueras
Después, llegó el turno de Carmen Linares, que acudió en representación del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife. Entre los motivos que han llevado a la organización colegial a recibir la distinción figuran el apoyo emocional que brinda a los aquejados de covid persistente en esta provincia –gracias a la firma de un segundo convenio con la asociación en febrero de 2022–, la oferta de atención gratuita a pacientes de la agrupación en Tenerife y el desarrollo de talleres formativos y prácticos en las dos provincias canarias. «Para mí es un privilegio poder estar aquí representando al colegio y ser miembro de honor de la asociación. Es muy placentero poder contribuir a mejorar la salud mental de la comunidad, especialmente la de las personas que padecen y sufren», apostilló Linares.
El tercer reconocido fue el doctor Vigueras, quien participa de forma activa en la investigación sobre esta enfermedad. «El próximo lunes mandaremos un proyecto sobre microbiota y covid a un laboratorio francés y esperamos contar con su apoyo para realizar este estudio. Queremos analizar la microbiota de los pacientes con covid persistente, comparar la diferencia que existe con la de las personas sanas y valorar si pueden mejorar con un tratamiento», detalló el especialista, que trabaja en el centro de salud Alcaravaneras.
Por último, recibió la placa distintitva el doctor Lorenzo Armenteros, que intervino en el encuentro por videoconferencia por residir en Lugo. Este facultativo participó en la elaboración de la estrategia de Covid Persistente de Canarias y ha formado de manera altruista a los profesionales de los colegios de farmacéuticos y psicólogos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. «En un momento en el que todo se empieza a olvidar y en el que parece que el covid persistente nunca ha existido, nosotros sabemos que sigue estando ahí y que los pacientes continúan necesitando nuestro apoyo y el respaldo de la Administración», valoró.
Desde la Asociación Covid Persistente Islas Canarias reivindican la necesidad de potenciar la investigación, impulsar la formación de los profesionales, adaptar los puestos de trabajo a las necesidades de las personas que padecen la afección, desarrollar actividades de prevención y poner en marcha unidades multidisciplinares especializadas en todo el Archipiélago. «Si no estamos tan solas y solos es porque nos arropamos en asociaciones y colectivos que intentan paliar lo que la sociedad y las administraciones no cubren, pero nuestros esfuerzos no son suficientes y sentimos agotamiento», lamentan los aquejados.