Ana llegó a España a finales del año pasado buscando una nueva vida. Iba a divorciarse de su marido, con el que tenía una empresa en Miami y un patrimonio en propiedades cercano a los 15 millones de dólares. Se instaló en Madrid, donde alquiló un piso en el barrio de Salamanca. La Policía española y el FBI investigan ahora conjuntamente si la noche del 2 al 3 de febrero, un hombre acudió a su casa, la secuestró y la hizo desaparecer.