Dormimos para vivir. Sin descansar no somos capaces de desarrollar las tareas de nuestro día a día, ni física ni psíquicamente. De ahí la preocupación de los especialistas en sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN) por entre el 22 y el 30% de la población española que tiene problemas para dormir.
¿Y en qué consiste dormir bien? Pues como explica la doctora Ana Fernández Arcos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “el sueño saludable es aquel que se adapta a las necesidades de la persona y su entorno, es satisfactorio, tiene una duración y horario adecuado, es eficiente sin periodos de despertar durante la noche y permite una alerta sostenida durante las horas de vigilia”.
Pero lo cierto es que no siempre se consigue alcanzar estos parámetros de sueño saludable. “Conseguirlo no depende únicamente de una mayor educación y concienciación en hábitos de sueño. Existen impedimentos, en una gran parte de la población, principalmente por las necesidades laborales, sociales y de estilo de vida que restan horas al descanso nocturno, siendo inadecuado por debajo de 7 horas en adultos”, explica la especialista en sueño.
Y esto tiene consecuencias importantes “en la salud individual y en la sociedad en general y se asocia a problemas de salud mental, emocional y física. Además, las personas con enfermedades crónicas, miembros de minorías y personas en situación de precariedad pueden tener grandes dificultades para mantener unos hábitos de sueño óptimos”.
Estos son los principales trastornos del sueño
Ya hemos visto que son muchas las razones que nos pueden quitar el sueño. De hecho, los especialistas en neurología tienen clasificados casi 100 trastornos del sueño, a los que hay que sumar los pacientes que conviven con enfermedades, desde una sinusitis a un tumor, que por sus síntomas interfieren en el buen descanso.
En todo caso es el insomnio, definido como la dificultad para conciliar o mantener el sueño a pesar de tener unas buenas condiciones para hacerlo, el trastorno del sueño más prevalente en España. Afecta a aproximadamente al 20% de la población y conlleva consecuencias que van más allá de las molestias nocturnas, ya que impacta en la salud física y emocional de quienes lo sufren.
También es habitual nuestro país otro trastorno, la apnea obstructiva del sueño, que afecta al 5-7% de la población y se caracteriza provocar pausas en la respiración durante el sueño, interfiriendo en el descanso y aumentando a largo plazo el riesgo padecer de enfermedades vasculares (como ictus), diabetes y otros problemas de salud graves. Por último, la SEN señala el síndrome de piernas inquietas con entre un 5 y un 10% de españoles afectados.
“Aunque problemas como el insomnio, la apnea del sueño o el síndrome de piernas inquietas, son los trastornos del sueño más comunes en España, existen otros muchos que no solo afectan la calidad de vida de las personas que los padecen, sino que también pueden tener consecuencias en el desarrollo de enfermedades en el futuro”, señala la doctora Ana Fernández Arcos.
Las graves consecuencias de no dormir bien
“El sueño es fundamental para la salud. Principalmente para la salud cerebral, porque dormir mal influye en la memoria y el aprendizaje y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades neurológicas como el alzhéimer o la enfermedad cerebrovascular”, advierte la doctora Fernández Arcos.
Pero también la salud física se resiente ante la falta de descanso, ya que está demostrado científicamente que dormir mal está relacionado “con un mayor riesgo de trastornos metabólicos, de infecciones o mortalidad prematura. A lo que además hay que añadir su implicación en muchos accidentes laborales o durante la conducción. Además, los pacientes con enfermedades neurológicas son más susceptibles a padecer trastornos del sueño y precisan de más atención para detectarlos y tratarlos correctamente, dado que un buen descanso repercutirá en su calidad de vida y el pronóstico de la enfermedad”.
Hay que consultar al médico
Pero, a pesar de todo, la especialista lanza un mensaje de esperanza y es que la mayoría de los trastornos del sueño se pueden prevenir o, en su caso, tratar. El problema es que menos de un tercio de las personas que no duermen bien consultan con un especialista. Esto provoca que, según los datos que maneja la SEN, solo un 10% de los pacientes con trastornos del sueño estén diagnosticados.
“Aunque los trastornos del sueño son comunes, no siempre se diagnostican ni se tratan adecuadamente. Son muchas las personas las que los padecen que consideran que deben conformarse y no buscan atención médica, aunque experimenten problemas de sueño persistentes”, explica la neuróloga.
Y aunque desde la SEN reconocen que en los últimos años hay una mayor conciencia sobre la importancia del sueño, queda mucho por hacer, porque independientemente de que se parezca un trastorno del sueño o no, la población española no descansa adecuadamente.
La SEN estima que el 48% de la población adulta española y que el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad. Además, los últimos estudios realizados al respecto apuntan a que al menos un 50% de la población tiene problemas para conciliar el sueño y un 32% se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador.
Así que, en días como hoy, la doctora Fernández Arcos insiste en recordar las pautas fundamentales para tener un sueño saludable:
- “Intentar dormir las horas suficientes acordes con nuestra edad”.
- “Mantener un horario de sueño regular”.
- Evitar las cenas abundantes.
- No consumir alcohol y/o tabaco.
- Reducir el estrés.
- Evitar “el uso de móviles u ordenadores en los momentos previos a acostarnos”.
- Reducir la duración de las siestas: no deben exceder los 30 minutos.
Además de todo esto, la experta recuerda que también es importante “cuidar el entorno donde dormimos, a oscuras y en silencio, y llevar una vida saludable, tratando de realizar ejercicio físico de forma regular, también forma parte de una buena higiene de sueño que puede servir, en muchos casos, para mejorar la calidad de nuestro descanso”.
“Finalmente recordar que, aunque experimentar cambios puntuales en el sueño es algo normal, cualquier persona que no consiga tener un sueño reparador, a pesar de mejorar sus hábitos, debería consultar con su médico”, concluye.