Las enfermedades neurológicas (aquellas relacionadas con el sistema nervioso) son ahora la principal causa de mala salud y discapacidad en todo el mundo. En 2021 3.400 millones de personas en todo el mundo se vieron afectadas por estas afecciones, lo que supone que el 43% de la población mundial sufrió alguna de ellas. Así lo asegura un nuevo estudio publicado este jueves por investigadores de la Universidad de Washington (Seattle, EE.UU) y la Organización Mundial de la Salud, que supone la investigación más completa hasta la fecha sobre este tema
Con todo esto, la principal conclusión del informe, publicado en la revista científica The Lancet Neurology, es que «la carga de las afecciones del sistema nervioso es mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente». Las diez enfermedades neurológicas más comunes en 2021 fueron, por orden, los accidentes cerebrovasculares, la encefalopatía neonatal (lesión cerebral), la migraña, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la neuropatía diabética (daño a los nervios), la meningitis, la epilepsia, las complicaciones neurológicas del parto prematuro, el trastorno del espectro autista y los cánceres del sistema nervioso.
Para hablar del impacto real los investigadores utilizan los AVAD (años de vida ajustados por discapacidad), que son aquellos que los pacientes pierden por una enfermedad (en este caso neurológica) debido a la falta de salud, una discapacidad o una muerte prematura. Con esa medida, en 2021 el total de años de vida saludable perdidos en todo el mundo ascendió a 443 millones, lo que convierte a las enfermedades neurológicas en las principales contribuyentes a la carga mundial de morbilidad, por delante de las enfermedades cardiovasculares.
El análisis sugiere que en todo el mundo la cantidad total de AVAD perdidos por afecciones neurológicas aumentó un 18% en los últimos 31 años, pasando de alrededor de 375 millones en 1990 a 443 millones de años en 2021. Los investigadores detallan que el número absoluto de AVAD está aumentando en gran parte debido al envejecimiento y al crecimiento de la población en todo el mundo.
Sin embargo, si se elimina el impacto demográfico mediante la estandarización por edades, las tasas de AVAD y muertes causadas por afecciones neurológicas han disminuido en alrededor de un tercio (27% y 34% respectivamente) en todo el mundo desde 1990, en gran parte debido a una mayor concienciación, vacunación y esfuerzos globales de prevención para algunas enfermedades como el tétanos (disminución del 93% en las tasas de AVAD estandarizadas por edad), la meningitis (disminución del 62%) y los accidentes cerebrovasculares (disminución del 39%).
En ese sentido, las consecuencias neurológicas del COVID-19 (deterioro cognitivo y síndrome de Guillain-Barré) ocuparon el puesto 20 de las enfermedades neurológicas con más impacto, con 2,48 millones de años de vida saludable perdidos en 2021. Los trastornos neurológicos más prevalentes ese año fueron las cefaleas tensionales (alrededor de 2 mil millones de casos) y las migrañas (alrededor de 1,1 mil millones de casos). Y la neuropatía diabética es la de más rápido crecimiento de todas las afecciones neurológicas.
Para reflejar mejor que las enfermedades neurológicas pueden ocurrir en cualquier etapa de la vida, por primera vez los investigadores analizaron los trastornos del neurodesarrollo y las afecciones neurológicas en niños. Y descubrieron que eran responsables de casi una quinta parte (18%) de todos los trastornos neurológicos, y que hicieron que se esfumaran 80 millones de años de vida saludable.
«Como principal causa de carga general de morbilidad en el mundo, y con un número de casos que ha aumentado un 59 % a nivel mundial desde 1990, las afecciones del sistema nervioso deben abordarse mediante estrategias de prevención, tratamiento, rehabilitación y atención a largo plazo eficaces, culturalmente aceptables y asequibles», explicó la doctora Jaimie Steinmetz, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
Diferencias entre países
En general, las estimaciones revelan diferencias sorprendentes en la carga del sistema nervioso entre las distintas regiones del mundo. En Asia, el Pacífico y Australasia, zonas con altos ingresos y mejor salud neurológica, la tasa de AVAD y muertes fue inferior a 3.000 y 65 por cada 100.000 personas, respectivamente, en 2021. En estas regiones, los accidentes cerebrovasculares, la migraña, la demencia, la neuropatía diabética y el autismo fueron las afecciones que más impactaron en la salud.
Por el contrario, en las regiones más desfavorecidas del África subsahariana occidental y central, la tasa de AVAD y muertes fue hasta cinco veces mayor (más de 7.000 y 198 por 100.000 personas respectivamente) en 2021, con los accidentes cerebrovasculares, la encefalopatía neonatal, la demencia y la meningitis siendo las principales complicaciones.
«La pérdida de salud del sistema nervioso afecta desproporcionadamente a muchos de los países más pobres, en parte debido a la mayor prevalencia de enfermedades que afectan a recién nacidos y niños menores de cinco años, especialmente con complicaciones e infecciones relacionadas con el parto», afirmó el doctor Tarun Dua, jefe de la Unidad de Salud Cerebral de la OMS y uno de los de los coautores principales del estudio. «La mejora de la supervivencia infantil ha provocado un aumento de la discapacidad a largo plazo, mientras que el acceso limitado a los servicios de tratamiento y rehabilitación está contribuyendo a una proporción mucho mayor de muertes en estos países», añadió.
Los autores destacan que, en 2017, solo una cuarta parte de los países a nivel mundial tenían un presupuesto separado para las afecciones neurológicas, y solo alrededor de la mitad contaban con directrices clínicas. Y es más, el personal médico que atiende a personas con afecciones neurológicas está distribuido de manera desigual en todo el mundo: los países de altos ingresos tienen 70 veces más profesionales neurológicos por cada 100.000 personas que los países de ingresos bajos y medianos.
La importancia de la prevención
«Debido a que muchas afecciones neurológicas carecen de cura y el acceso a la atención médica suele ser limitado, comprender los factores de riesgo modificables y la carga de afecciones neurológicas potencialmente evitables es esencial para ayudar a frenar esta crisis de salud global», afirmó la doctora Katrin Seeher, especialista en salud mental de la Unidad de Salud Cerebral de la OMS.
El estudio cuantificó la proporción de carga del sistema nervioso que era potencialmente prevenible eliminando los factores de riesgo conocidos de los accidentes cerebrovasculares, las demencias, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, la encefalitis, la meningitis y la discapacidad intelectual. El análisis sugiere que modificar 18 factores de riesgo a lo largo de la vida de una persona (siendo el más importante la presión arterial sistólica alta) podría prevenir el 84% de los AVAD globales por accidente cerebrovascular.
Además, las estimaciones sugieren que controlar la exposición al plomo podría reducir la carga de la discapacidad intelectual en un 63%, mientras que reducir la glucosa plasmática en ayunas a niveles normales podría reducir la carga de la demencia en alrededor del 15%.
«La carga neurológica mundial está creciendo muy rápidamente y ejercerá aún más presión sobre los sistemas de salud en las próximas décadas«, afirmó el doctor Valery Feigin, director del Instituto Nacional de Accidentes Cerebrovasculares y Neurociencia Aplicada de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda. «Sin embargo, muchas estrategias actuales para reducir las afecciones neurológicas tienen poca efectividad o no se implementan lo suficiente», apostilló.
«Las afecciones del sistema nervioso incluyen enfermedades y lesiones infecciosas y transmitidas por vectores -organismos vivos que pueden transferirlas, por ejemplo, mediante una picadura-, así como enfermedades y lesiones no transmisibles. Y esto exige diferentes estrategias de prevención y tratamiento a lo largo de la vida. Esperamos que nuestros hallazgos puedan ayudar a los responsables de las políticas a comprender de manera más integral el impacto de esto», afirmó Steinmetz.
A pesar de estos importantes hallazgos, los autores señalan varias limitaciones en su estudio. Incluido el hecho de que, si bien hicieron todo lo posible para analizar todos los factores que provocaban una pérdida de salud del sistema nervioso, algunas condiciones se dejaron de lado porque no pudieron aislar el componente neurológico, incluidas infecciones como el VIH, que tiene un gran impacto en muchas partes del mundo. Y si bien el estudio utiliza la mejor evidencia disponible, las estimaciones están limitadas por la cantidad y calidad de los datos.
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