No hay tregua en la política española. Cuando el PP digería una sesión de control muy dura -en la que Pedro Sánchez pidió la dimisión de Isabel Díaz Ayuso por la investigación de la Fiscalía que afecta a su pareja y que terminó con los populares denunciando al presidente del Gobierno por un posible conflicto de intereses- el adelanto electoral en Cataluña descolocó por completo los planes del partido. Muchos dirigentes conservadores no terminaban de descartar que pudieran adelantarse, pero nadie situaba la cita catalana antes de la europea. Las elecciones de junio que se juegan en Bruselas eran para el PP la gran ocasión para derrotar a Sánchez de nuevo y coger impulso. A partir de ahí abordarían de una vez por todas el liderazgo en Cataluña.