Una vieja canción de 1967 resume el drama infantil en Argentina. En aquel tiempo, ‘Hay un niño en la calle’ llamaba al oyente a reflexionar sobre esa situación que se consideraba intolerable. «Es honra de los hombres proteger lo que crece/ Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles/ Evitar que naufrague su corazón de barco/ Su increíble aventura de pan y chocolate», cantaba Mercedes Sosa. Cincuenta y siete años más tarde, no solo hay miles de niños en las calles. Siete de cada 10 en todo el país corren el peligro de vivir en la pobreza, de acuerdo con los últimos cálculos de Unicef. El drama abarca una franja etaria hasta los 18 años que habitan hogares que no cuentan con los mínimos recursos económicos y, además, carecen de otros derechos básicos como la vivienda, el acceso al agua potable, la educación y la salud.