La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha tomado más de 24 horas para dar explicaciones concretas sobre la denuncia de la Fiscalía de Madrid contra su novio, Alberto González Amador, por defraudar más de 350.000 euros a Hacienda entre los años 2021 y 2022 y un delito de falsedad documental.

Ayuso, en declaraciones tras el Consejo de Gobierno celebrado en Leganés, ha asegurado que su pareja no debe nada a Hacienda y que es al revés. «No solo no le debe nada, sino que es Hacienda la que le debe 600.000 euros a pagar por intereses», ha asegurado. 

La presidenta de los populares, que se ha defendido con uñas y dientes entre un visible nerviosismo, ha insistido en que su «único delito» es «salir con una persona anónima que sufre una inspección salvaje». «Tengo derecho a dormir en la cama que quiera y montarme en el coche que quiera» ha afirmado la presidenta. 

Ayuso ha defendido que la inspección «salvaje» que se está orquestando contra su novio es un ejemplo de cómo los «poderes del Estado» están atacando directamente a un particular. 

Visiblemente alterada, Ayuso ha lamentado que el presidente haya pedido su dimisión para «tapar» sus escándalos, como es mantener al «exministro Salvador Illa», «que no dejen sus escaños Armengol» o la ley de Amnistía. 

«Pedro Sánchez está sentado en la corrupción política y económica y esto no lo va a tapar, aunque pida mil veces la dimisión», ha añadido. 

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido al presidente del Ejecutivo que se «relaje» porque hasta donde ella sabe «mi pareja está sufriendo una inspección fiscal salvaje desde 2018 hasta 2022» para «retrasar los casi 600.000 euros que Hacienda le debe». 

«No solo no le debe nada, sino que es Hacienda la que le debe 600.000 euros a pagar por intereses», ha reiterado, asegurando que la inspección de Hacienda se ha sacado «de quicio». Ayuso ha sostenido que Sánchez busca desestabilizarla a través de su «destrucción personal, cuando el único destruido aquí es él».