Gipuzkoa fue principio y fue final. La racha de doce victorias del Leyma llegó a su fin de nuevo ante el rival que el año pasado ya había sido el verdugo de la ilusión naranja en el play off. Los vascos, conscientes de que al equipo coruñés es muy difícil ganarle con su propio juego, impusieron su dureza defensiva y con el control absoluto del rebote, desactivaron una a una las armas locales. Barrueta, imposible conectar con él. Jakovics, imposible armar su tiro. El equipo coruñés no podía correr y apenas tuvo tiros liberados, con un acierto bajísimo (22 de 63 en tiros de campo). No hubo juego coral. Pero si el planteamiento de Mikel Odriozola fue perfecto, más lo fue la ejecución con tres hombres, Barcello (27 de valoración), Oroz (26) y Vrankic (25) como sus protagonistas. El Leyma, para el que la actuación arbitral fue la puntilla, perdió hasta el basquetaverage con una desconexión final. La afición despidió al equipo de pie, con aplausos. Lo que se está viviendo esta temporada es un sueño. Y por más que este partido y Gipuzkoa se convirtieran en una pesadilla, nadie se quiere despertar. Todavía queda mucho. Y el Leyma sigue líder.