Si Cataluña logra tener nuevos presupuestos este año será al borde del precipicio. El Parlament tiene programada para este miércoles al mediodía la primera votación decisiva de las cuentas de la Generalitat, su admisión a trámite, y el Govern y los Comuns siguen sin alcanzar un acuerdo. Este martes han asumido las riendas de la negociación los líderes de cada parte, Pere Aragonès y Jéssica Albiach, en una reunión en el Palau de la Generalitat, pero ni así. El futuro del complejo turístico del Hard Rock sigue siendo un escollo insalvable.
La reunión en el Palau de la Generalitat entre Aragonès y Albiach, que ha durado unos 45 minutos, no ha servido para mover las cosas, coinciden fuentes de las dos partes. «No se ha desencallado nada», aseguran desde los Comuns, que lamentan que el Govern no les ha hecho «ninguna oferta en firme» que salve el desacuerdo sobre el Hard Rock. Sin embargo, mantienen que estarán abiertos a tratar de alcanzar un acuerdo «hasta la hora de la votación».
La cita entre Aragonès y Albiach se ha producido después de que la líder de los Comuns en el Parlament se quejara de que el president no la hubiera llamado en tres semanas. El teléfono no ha sonado, pero sí que ha llegado un mensaje del Govern concertando el encuentro. Fuentes del partido no esconden la decepción por que ese contacto no se haya producido antes y lo achacan a que el Govern no ha considerado «creíble» que llevarían hasta el final el pulso para tumbar el Hard Rock.
Desde hace días, cada parte intenta trasladar la presión a la otra, pero nadie cede. Unas horas antes de la reunión, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha defendido este que sería «una irresponsabilidad» que Catalunya se quede sin presupuestos expansivos porque a los Comuns no les gusta un proyecto, el Hard Rock, que no recibirá ni un euro de financiación pública. Además , ha vuelto a insistir en que frenar el proyecto a estas alturas sería «prevaricar» y acarrearía una reclamación de los inversores ante la justícia. Los Comuns replican que la irresponsabilidad sería del Govern por no querer frenar un proyecto que traerá problemas «delincuenciales, de convivencia y de salud» asociados al juego. El empate es infinito.
El Govern tiene ahora mismo asegurados 66 votos, los 33 de ERC y los 33 del PSC, pero necesita dos más para llegar a la mayoría absoluta de 68. La última oferta de Aragonès para ablandar los Comuns ha sido que, como no puede parar el Hard Rock, votaría a favor de una ley del partido morado que quiere revertir las rebajas fiscales que en su día se aprobó que tendría el casino. Un oferta que, para los Comuns, es insuficiente, entre otra cosas porque debería pasar por el Parlament y allí está condenada al fracaso. Desde hace años, la Cámara tiene una sólida mayoría a favor del complejo que lideran el PSC y Junts.
¿Habrá elecciones anticipadas?
Pero, aunque el Govern trate de pasar toda la presión a los Comuns, lo cierto es que el president Aragonès también se juega mucho en esta negociación. Si logra un acuerdo tendrá presupuestos y podrá agotar la legislatura hasta febrero de 2025, pero, si no lo logra, se le complicará el mandato y será inevitable que retumben los tambores de unas elecciones anticipadas. Plaja no ha querido adelantar escenarios y ha defendido que el acuerdo aún es posible: «Estamos en tiempo de negociación«.
La última vez que el Parlament tumbó unos presupuestos en la votación de admisión a trámite fue en 2016. La CUP rechazó las cuentas que había elaborado Oriol Junqueras, que era el vicepresidente y el conseller de Economia del Govern de Carles Puigdemont. El mismo día que la cámara rechazó las cuentas, Puigdemont anunció que se sometía a una cuestión de confianza. Ahora tendría poco sentido que Aragonès repitiera este movimiento: difícilmente superaría una votación así y la legislatura está prácticamente agotada.