Un fallo eléctrico fortuito en un electrodoméstico de la cocina de la vivienda 86. Ese es, según la investigación policial, el origen exacto del incendio en Valencia que el pasado 22 de febrero reducía en apenas unas horas al esqueleto el edificio de Nou Campanar en el que murieron diez de sus vecinos –entre ellos dos bebés de dos años y 8 días, que murieron junto con sus padres– y resultaron heridas 15 personas, la mayoría de ellos bomberos intoxicados y quemados cuando intentaban extinguir el siniestro.