El oro rebasó la semana pasada sus anteriores máximos históricos y cotiza actualmente en el entorno de los 2.180 dólares por onza. En el mercado, se explica el último rally del metal precioso por las perspectivas de próximas bajadas de tipos de la Reserva Federal (Fed), por la búsqueda de refugio frente a la tensión geopolítica y por las compras de oro por parte de China.
Sin embargo, nada de esto convence a Julius Baer. Su analista, Carsten Menke, se muestra «perplejo» ante los que enarbolan estos argumentos para explicar las subidas.
«En nuestra opinión, ninguno de estos factores puede explicar el repunte, dejándonos perplejos», apunta. «Aunque el sentimiento puede impulsar los precios aún más en el corto plazo, vemos más riesgo a la baja que el alza a largo plazo».
El argumento más común para explicar las subidas del oro es el de los inminentes recortes en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. «Como se mencionó en la edición de la semana pasada de esta publicación, los recortes en las tasas por sí solos no son suficientes para sostener los precios. En cambio, los recortes deben ocurrir en un entorno recesivo, lo cual no esperamos», matiza este experto.
Otro argumento es el aumento de los riesgos geopolíticos. Sobre este aspecto, Menke puntualiza que, aunque el oro tiene la reputación de ser un refugio geopolítico, no tiene un historial sólido. «Típicamente, hay solo un aumento a corto plazo pero no un apoyo duradero, a menos que la geopolítica tenga un impacto generalizado en la economía y/o los mercados financieros».
Añade Menke que, a juzgar por el marcado ambiente de riesgo en los mercados financieros, «nos parece bastante improbable que el mercado del oro esté preocupado por la geopolítica mientras que otros mercados no lo están».
El tercer argumento es que hay una fiebre de compra de oro en China, reflejando los problemas económicos y la falta de otras alternativas de inversión atractivas. Aunque el experto reconoce que la demanda ha aumentado nuevamente en el último año, afirma que los volúmenes no son suficientes para que China vuelva a tener el control del mercado del oro. «Las entregas físicas y los volúmenes de negociación en la Bolsa de Oro de Shanghai se han enfriado nuevamente después de un aumento en febrero, lo que ha reducido el precio premium doméstico».
«DESCONCERTADOS»
Con todo, desde Julius Baer se muestran «desconcertados» por el reciente repunte del oro. En su opinión, no está respaldado por ninguno de los impulsores habituales: el dólar estadounidense, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU y la demanda de refugio seguro.
«En cambio, el mercado del oro parece estar surfeando sobre una gran ola de sentimiento alcista, lo que podría impulsar los precios aún más en el corto plazo. Dicho esto, a medio y largo plazo, seguimos viendo más riesgo a la baja que al alza», concluye Carsten Menke.