Tras los atentados del 11-M de 2024, se montó el mayor servicio de atención psicológica de urgencias y emergencias de la historia de nuestro país. «Fue algo muy complejo, los hechos eran trepidantes, con el volumen de víctimas, de fallecidos, creciendo muy rápido», rememora Fernando Muñoz, que era coordinador del Grupo de Trabajo en Psicología de Urgencia, Emergencia y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Desde el Grupo se había realizado ya formación específica para cientos de profesionales, lo que facilitó que se diera una respuesta rápida ante la catástrofe.