A medida que avanza el sumario del ‘caso Koldo’ se empiezan a despejar algunas incógnitas sobre las relaciones entre los detenidos, si bien la investigación debe esclarecer aún muchas dudas. El comandante de la Guardia Civil imputado, Rubén Villalba, viajó hace cinco meses a Venezuela junto al empresario Ignacio Tapia, uno de los socios de Víctor de Aldama, cabecilla este último del entramado de corrupción a cuenta de la compra de mascarillas, según la Fiscalía Anticorrupción. El mismo día que aterrizaron se vieron con el que fuera asesor de Ábalos, Koldo García, en la marisquería ‘La Chalana’.
En un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita los agentes han acreditado un viaje a Caracas de Tapia y Villalba el pasado 4 de octubre de 2023. «Se estableció un dispositivo de vigilancia operativa que permitió observar a Rubén a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de Venezuela junto a Tapia», refleja el documento al que ha tenido acceso El Independiente.
A las 12:33 horas ambos abandonaron juntos el aeropuerto dirigiéndose al aparcamiento exterior con mochilas y maletas donde los recogió un Range Rover y se marcharon. Según la UCO fue Tapia el que facilitó los billetes de avión a Rubén por correo electrónico, adjuntando como prueba en el informe la captura de los mismos. Cabe recordar que el comandante estuvo durante años destinado en los Servicios de Información del cuerpo, para pasar hace unos meses a su puesto en la Agregaduría de Interior en Venezuela.
Esa misma tarde, a las 17:07 Rubén Villalba acudió a ‘La Chalana’, el local donde Koldo tenía encuentros con otros investigados. No fue la única vez, también se encontraron en el mismo lugar unos días después, el 17 de octubre de 2023 cuando el exasesor de Ábalos dijo que se reuniría con «guardias civiles» en plural para que le explicaran el motivo de haberle puesto seguimiento. La UCO sitúa en esa reunión tanto a Rubén como a otros tres agentes. Ese día, el comandante salió con una carpeta de papeles en la mano.
La Guardia Civil busca al topo
«Habida cuenta de que Koldo hubiera podido tener conocimiento de la existencia de una investigación sobre su persona, lo cual podría venir de algún tipo de filtración proveniente de la propia Guardia Civil, esta Unidad informaba de que se había procedido a auditar todas aquellas bases de datos a las que se tiene acceso y en las que se encuentra cualquier tipo de información relativa a la investigación», explica la UCO al juez.
Detrás del chivatazo, la investigación ha situado en primer lugar a Rogelio Pujalte, el dueño de un depósito judicial en Murcia porque los investigadores interceptaron una conversación entre él y Koldo en la que le advertía de que no usara Telegram porque lo estaban espiando. En su detención le fue incluido también un delito de revelación de secretos.
Pero el arresto de los socios de Aldama trajo una nueva pista puesto que en el móvil de Koldo había una entrada en el calendario el día 8 de abril de 2022 que decía: «Comida Rubén y Rogelio». El magistrado de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, cree que efectivamente la mano del comandante pudo estar detrás de la información que los miembros de la trama recibieron en relación a las sospechas que había sobre ellos. Lo que no sabían, dicen fuentes jurídicas, es que había todo un operativo que estaba grabando sus conversaciones y siguiendo sus pasos.
«Pypper andalucía Rubén» «Andaluza»
La relación por Whatsapp entre Koldo y el comandante ha dejado un rastro evidente para los investigadores. Hasta cuatro teléfonos distintos tenía el exasesor de Ábalos guardados en su teléfono bajo los nombres «Pypper andalucía Rubén», «Andaluza», «Rubén UCE capi» y «Rubén UCE capi personal sólo emergencias».
La última conversación que mantuvieron ambos llegó hasta el mismo 14 de febrero, sólo una semana antes de que la operación de la Guardia Civil cristalizara y una veintena de personas fueran detenidas por esta trama de corrupción.
El comandante fue detenido el pasado 4 de marzo en el marco de una ramificación del ‘caso Koldo’. A él le acusan de estar a sueldo de la trama, con unos 2.000 euros mensuales que le eran abonados, si bien todavía está por esclarecer en concepto de qué.
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