El turismo rural está más de moda que nunca. El día a día en la oficina, las obligaciones familiares y otros quehaceres cotidianos nos han sumergido en un ritmo frenético que apenas nos deja un respiro. Todo ello ha sido acrecentado en los últimos años con el despegue de la inflación, dejando un panorama en el que ni cumplir con todo lo indicado anteriormente nos asegura una vida, al menos, tranquila.