Votación de los presupuestos en el Parlament, aprobación de la ley de amnistía y, para rematar la agenda, congreso para ratificar a Salvador Illa como líder del partido y engrasar la maquinaria electoral de cara a las próximas catalanas. No en vano el PSC define esta semana como de «alta trascendencia política», ya que el preludio de su conclave está marcado por dos hitos que consideran determinantes para la «superación» de dos asuntos candentes en Cataluña: el de la gestión de un Govern en minoría al que tratan de desbancar y el de la judicialización del conflicto político y, por lo tanto, del ‘procés’.
Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se volcarán en aupar al PSC, principal locomotora de los socialistas en estos momentos. El primero clausurará el congreso el domingo con el objetivo de dar un espaldarazo a Illa, que trata de conquistar la Generalitat. El segundo, lo inaugurará en un momento en que se cumplen 20 años de su victoria frente al PP en unas elecciones golpeadas por los atentados del 11-M.
«Pasar página» al ‘procés’
Es conocido que ni a Illa le entusiasma salvar el último año de legislatura del president Pere Aragonès -habrá que ver si los Comuns tumban o no las cuentas- ni los socialistas han abrazado con entusiasmo una amnistía que rechazaban antes de ver la aritmética de las elecciones del 23-J y que se ha acabado convirtiendo en piedra angular de la legislatura. Pero tanto el PSOE como el PSC se han arremangado para dar la vuelta a movimientos nacidos de la necesidad que les apuntalan en la Moncloa y que les ha dado réditos electorales en Cataluña, donde siguen liderando las encuestas tras ganar las catalanas de 2021 y las generales y municipales del año pasado. Para el ‘primer secretari’ todo está a punto para «pasar página» al conflicto territorial.
Encargada de la arquitectura del congreso bajo el lema ‘Ara toca Catalunya’, la viceprimera secretaria de organización y presidenta de la Diputación, Lluïsa Moret, ha defendido que este es un conclave que busca trascender las siglas del partido. De ahí que se hayan celebrado seis jornadas precongresuales abiertas a la ciudadanía. También ha subrayado la reedición del liderazgo de Illa, el dirigente que ha sido capaz de remontar una formación que tocó suelo hace una década hasta situarla en la ‘pole position’. Aunque aseguran no estar en «clave electoral» y que su ‘sí’ a los presupuestos de Aragonès es una prueba de ello, el PSC ya hace tiempo que busca consolidarse como primer partido también seduciendo a nuevos votantes y que trabaja para engrasar su maquinaria electoral a partir de este congreso.
«Las cosas del comer»
Habrá 1.300 delegados y 700 observadores para bendecir una nueva dirección y una actualización de la hoja de ruta que tiene entre ceja y ceja centrarse en «las cosas del comer» para alcanzar el Govern de la Generalitat y dar carpetazo a la década del ‘procés’. Que los bloques se hayan roto y que ERC y Junts sean incapaces de rehacer puentes es la gran ventana de oportunidad para Illa.
La ponencia política volverá a dar alas al concepto de federalismo con una nueva financiación que el PSC no ha detallado todavía como quiere que sea y el despliegue del Estatut ya vigente por bandera para gobernar esa Cataluña del post ‘procés’ que reivindican pase lo que pase con la aplicación de la amnistía y el posible retorno de Carles Puigdemont. La contienda quieren centrarla en la gestión ante un Govern que consideran que no tiene «rumbo ni timonel». Más hablar del combate contra la sequía, mejores infraestructuras, industria o mejora de la sanidad y la educación y menos de votaciones de «ruptura» que no van a aceptar, vienen a decir ante la previsible reivindicación del referéndum que volverán a hacer los independentistas.