Pese a que han pasado ya dos décadas, las lágrimas vuelven a los ojos de Mati Arlandis cada vez que recuerda los atentados del 11M. Esta enfermera de Sueca que ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en Madrid, ciudad en la que reside desde hace 39 años, vivió el mayor atentado terrorista de Europa en la «zona cero» de la tragedia, la improvisada morgue de IFEMA donde fueron trasladados los cuerpos de las 192 víctimas de las bombas para que pudieran ser identificados por sus familiares.