«Contra la deshumanización», ha dicho Jonathan Glazer al recibir el Oscar a la mejor película internacional. La deshumanización del ataque de Hamás del 7 de octubre en el que fueron asesinadas 1.200 personas, pero también ante «lo que ocurre en Gaza».

Las quinielas acertaron esta vez y la magnífica película de Jonathan Glazer ganó el Oscar, una victoria merecida que no por eso deja cierto sabor mal de boca en España, ya que Bayona competía con La sociedad de la nieve tras arrasar en los últimos Goya.

Son dos películas muy distintas. Mientras el filme español habla de cómo puede surgir la humanidad y la esperanza incluso en las circunstancias más difíciles como el accidente que sufrieron en los Andes en 1972 unos jóvenes chilenos que se quedaron atrapados en el confín del mundo, la película de Glazer nos habla precisamente de lo contrario, de cómo somos capaces también de ser ciegos ante el dolor y el sufrimiento ajenos.

Protagonizada por Sandra Hüller, que también es la actriz del momento, nominada por Anatomía de una caída. La película cuenta la indiferencia de la familia de Rudolf Höss, capo de Auschwitz, ante el genocidio que se comete en el campo de exterminio mientras prosigue con su vida como si viviera en el mejor de los mundos cuidando a su jardín. Tras la espléndida Under the Skin, Glazer cuenta el horror del Holocausto a través del sonido en una película que es una experiencia artística y en muchos sentidos aventura el rumbo del cine moderno.

Sin mirar a cámara, consciente y quizá un tanto abrumado por la solemnidad del momento y el impacto mundial que sus palabras tendrían, Jonathan Glazer, judío, leyó casi a toda prisa un comunicado que lleva escrito después de dar las preceptivas gracias a productores y colaboradores.

«Por que estemos mirando a lo que se hizo entonces, no hay que dejar de mirar lo que se hace ahora. Se muestra la deshumanización en su peor forma con el pasado y el presente. Estamos aquí como personas que rechazamos el Holocausto judío cuando se está produciendo una agresión al mismo tiempo. Ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o en Gaza a todas las víctimas de esta deshumanización. ¿Cómo se puede resistir?».

Los ataques de Hamás el pasado 7 de octubre acabaron con la vida de 1.200 personas y la organización aún retiene a 130 rehenes -aunque se estima que 31 han muerto-. Asimismo, EEUU cifra en al menos 25.000 mujeres y niños palestinos muertos en Gaza desde entonces. A todo ello, hay que añadir la hambruna que acecha a las personas que continúan en Gaza y las precarias condiciones de vida en la que están.

«Creemos que nunca podríamos comportarnos de esta manera y no nos comportamos de esta manera, pero creo que deberíamos estar menos seguros de eso», destacó Glazer en una entrevista previa a los premios.