En una decisión de última hora, los países de la Unión Europea, excepto Alemania y Francia, han dado luz verde a la nueva ‘Ley Rider’ europea, con Estonia y Grecia jugando un papel crucial al cambiar su postura, lo que ha permitido la aprobación de la directiva a pesar de la abstención alemana y el rechazo francés.
El acuerdo, que se había alcanzado provisionalmente el 8 de febrero entre el Consejo y el Parlamento Europeo, ha sido confirmado por los ministros de Empleo y Asuntos Sociales tras dos intentos previos sin éxito. La ley tiene como objetivo esclarecer la situación laboral de los trabajadores de servicios de entrega como Uber Eats y Glovo, buscando erradicar la falsa autonomía y mejorar las condiciones de trabajo.
La presidencia belga del Consejo presentó una propuesta de compromiso menos ambiciosa para calmar las inquietudes de varios Estados miembros. David Clarinval, ministro belga de Empresas, calificó el documento como «el texto de la última oportunidad», destacando las «concesiones importantes» hechas para superar las dudas de 14 países.
El lunes, la mayoría de los Estados miembros votaron a favor de la directiva, con la presidencia belga agradeciendo a Estonia y Grecia por su cambio de postura, considerado un «esfuerzo» en favor de los trabajadores y un «espíritu de compromiso».
El ministro alemán de Trabajo, Hubertus Heil, explicó que se abstuvo en la votación debido a la falta de apoyo del Partido Democrático Liberal, socio de la coalición gubernamental, expresando su «profundo» pesar y deseando «lo mejor» para la directiva.
Por otro lado, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de España, aunque no completamente satisfecha con el acuerdo del 8 de febrero, lo respaldó para alinearse con «la Europa que avanza».
Tras la adopción formal, los países tendrán dos años para integrar la directiva en sus legislaciones nacionales. El acuerdo establece una presunción legal de relación laboral, activada por indicios de control y dirección, y permite a los trabajadores de plataformas digitales, o sus representantes, invocar esta presunción para disputar su clasificación laboral, mientras que las plataformas deben demostrar la inexistencia de tal relación.
El acuerdo también regula el uso de algoritmos, asegurando que los trabajadores estén informados sobre el seguimiento automatizado y la toma de decisiones que afectan su empleo y prohíbe el tratamiento de ciertos datos personales, como información biométrica o el estado emocional.
Díaz pide que gane la “Europa social” frente al “bloqueo de las multinacionales”
Por su parte, tras la decisión, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha instado a que gane la «Europa social» frente al «bloqueo de las multinacionales» para que los Veintisiete aprueben la ‘Ley Rider’ europea, después de que una minoría de bloqueo liderada por Francia haya frustrado dos intentos de adopción del texto acordado con el Parlamento Europeo.
«Vamos a ver si quien dirime el trabajo de la Unión son las grandes empresas multinacionales, que están bloqueando la protección laboral y la defensa de los derechos de los trabajadores de plataformas digitales de Europa, es decir, si ganan los que bloquean y se ponen a favor de las multinacionales o si gana la Europa social, el origen de la mejor Europa que conocemos», ha afirmado Díaz a su llegada al Consejo de Economía Social.
No obstante, las reservas de Alemania, Estonia, Francia y Grecia volvieron a truncar el pasado 16 de febrero el pacto entre los colegisladores al no lograr la mayoría necesaria para que el texto saliese adelante, a pesar de que este había rebajado ya su ambición al eliminar los criterios y umbrales para introducir una presunción de relación laboral.
A juicio de la delegación española, el nuevo texto presentado por la presidencia belga del Consejo «abre la puerta a una presunción a la carta y desigual en los Estados miembro», lo que podría «mantener la negativa situación y la precariedad que la directiva debería corregir».
Preguntada por si conoce algún giro en la posición de esos cuatro países reticentes, Díaz ha señalado que «no ha cambiado nada», al tiempo que ha pedido «prudencia», ya que considera que esas posiciones responden a «presuntas presiones».
En este sentido, ha vuelto a insistir en que el debate de este lunes se decidirá «si ganan los que bloquean la Europa social, si ganan los que se colocan del lado de las multinacionales y, por tanto, del lado de la vulneración de los derechos laborales y de la pobreza salarial o si gana la Europa social». «Esa es la Europa que más queremos», ha agregado.
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