Estados Unidos ‘cerrará el grifo’ de la ayuda financiera que viene prestando a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa si Donald Trump gana las elecciones en noviembre, según ha afirmado este lunes el primer ministro de Hungría, el Viktor Orbán. «No dará ni un céntimo para la guerra», ha afirmado el líder ultranacionalista tan solo días después de mantener un encuentro en Florida con el expresidente estadounidense y candidato republicano.
«La guerra terminará, ya que está claro que Ucrania no es capaz de mantenerse a sí misma», afirmó Orbán, considerado un aliado de Vladímir Putin en declaraciones a la televisión pública M1.
El líder populista húngaro insiste en que si Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE) no les dan más dinero y armas a Ucrania «la guerra termina».
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Las declaraciones de Orbán van en línea con la postura mantenida por la cúpula del partido republicano en el Congreso, que lleva semanas bloqueando, por orden de Trump, un nuevo paquete de ayuda financiera para Ucrania.
«Trump dice que si vuelve (al poder) no propondrá iniciativas como éstas», aseguró el primer ministro húngaro.
Orbán nunca ha ocultado que es un admirador declarado del exjefe de la Casa Blanca.
En los últimos meses, ha alabado al candidato republicano y reiterado su convicción de que ni la invasión rusa de Ucrania ni la guerra de Israel contra Hamás hubiesen estallado si Trump hubiese sido el presidente de EEUU.
Por otra parte, el primer ministro húngaro subrayó que «Trump no quiere financiar la seguridad de Europa en vez de los europeos», aludiendo a las polémicas declaraciones que el candidato republicano hizo sobre que no está dispuesto a defender a los países miembros de la OTAN que incumplan los objetivos de gastos en defensa del 2% de sus respectivos PIB.
Orbán fue el único jefe de Gobierno de la UE que expresó públicamente su apoyo a Trump en las presidenciales de 2016 y 2020, así como durante los juicios iniciados contra el republicano, que considera «prácticas comunistas».
Por su parte, Trump ha tildado al primer ministro húngaro como «el político más duro de Europa».
