Uno de los grandes retos de la economía asturiana es aumentar el tamaño de las empresas, inferior a la media nacional en un país compuesto en su práctica totalidad por pymes. Existe un dato muy revelador de esa magnitud: más de la mitad de las compañías de la región (en concreto, el 54,1%) no tienen asalariados, y casi un 42% tienen sólo entre uno y nueve trabajadores. Así lo refleja un análisis elaborado por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) a partir del Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística (INE), donde están excluidas las actividades agrarias y pesqueras, así como los servicios domésticos.
De las 64.611 empresas que tenía Asturias a fecha de enero de 2023 (últimos datos actualizados en el Directorio), un total de 34.977 (el mencionado 54,1%) no tenían a nadie en nómina. Es decir, se trata de empresarios individuales y autónomos. Bien es cierto que el porcentaje es sólo levemente inferior al de la estructura nacional, donde las compañías sin asalariados representan más de la mitad, el 53,6% (en términos absolutos, 1,71 millones).
El 99,9% del tejido empresarial asturiano está formado por pymes (aquellas con hasta 250 empleados), un proporción también casi idéntica a la española. Y de las 27.000 microempresas –las que tienen un tope de nueve trabajadores–, el 70% tienen como mucho dos. De nuevo es una estructura muy similar a la nacional. Por lo tanto, las compañías del Principado que cuentan con más de 250 profesionales son una absoluta minoría: hay 52 que emplean a un máximo de 999; once con hasta 4.999 y sólo tres con al menos 5.000 trabajadores. Una de éstas es ArcelorMittal, que está en pleno proceso de expediente de regulación de empleo (ERE) por la automatización de los procesos fabriles que trae la transición industrial.
Según el análisis de FADE, «las empresas asturianas suponen el 2,01% de las españolas, nivel que se mantiene aún muy distante del 2,47% alcanzado en 2001 y que se sitúa por debajo del peso regional en términos de población».
Respecto a la aportación de las compañías de rango mediano (aquellas que tienen entre 50 y 249 asalariados), que la patronal considera «un segmento decisivo para la fortaleza y competitividad de un tejido empresarial», las 296 que hay en Asturias son apenas el 0,5% del total. «Lo cierto es que el peso de estas empresas en el conjunto empresarial asturiano se encuentra muy alejado del obtenido con anterioridad a la crisis de 2008, más aún tras la caída que viene produciéndose en los últimos años», advierte el estudio de FADE.
Evolución
FADE señala que, en los últimos cinco años, se ha producido un «significativo descenso» del número de empresas, «con una fuerte destrucción de las compañías de menor tamaño (microempresas y sin asalariados), y un avance de las pequeñas», esto es, aquellas entre 10 y 49 empleados.
Respecto a estas últimas, el análisis indica que la evolución de 2022 (último ejercicio con datos complejos) fue «positiva», puesto que crecieron un 3,7%, con 79 compañías más en términos absolutos. «Su trayectoria desde 2018 se mantiene bastante estable: durante este periodo han pasado de 2.199 a 2.220 compañías, lo que representa un leve avance del 0,1%», señala la patronal.
No obstante, el informe subraya que el número de empresas en Asturias según los datos del Directoria «es el más bajo de la serie histórica desde 2002».