El sueño de los antiguos alquimistas era transformar otros metales en oro, pero se obvio que tal propósito nunca ha llegado a hacerse realidad. Ahora, investigadores del Instituto Tecnológico de Zúrich (ETH) se han acercado bastante a ese mito. No han transformado otros elementos en oro, pero sí han obtenido el preciado metal a través de basura electrónica que ya lo contenía previamente, si bien oculto en una maraña de componentes y en tan bajas cantidades que resultaba casi imposible de recuperar, hasta ahora.