Seis años después de hacer historia con la primera huelga feminista, las calles y plazas españolas se volverán este viernes a teñir de morado y a llenar de gritos en contra del machismo recalcitrante, con motivo del 8-M, Día Internacional de la Mujer.
La jornada reivindicativa llega en un momento que las encuestas ponen de manifiesto que la identificación con el feminismo está cayendo, sobre todo entre los chicos jóvenes, pero también sensiblemente entre las mujeres, debido al empuje de la extrema derecha, que ha hecho de la oposición a las políticas de igualdad una de sus principales banderas.
La reacción del neomachismo ante avances que terminan con su posición de poder y privilegios está logrando una polarización social. Un grueso de la ciudanía rema a favor del equilibrio de géneros, mientras que otra parte, minoritaria pero muy ruidosa, se opone porque cree que se “ha llegado tan lejos con la promoción de la igualdad que ahora se está discriminando a los hombres”, según puso de manifiesto la primera encuesta del CIS sobre la percepción social de la igualdad, que se publicó en enero.
Las manifestaciones
La polarización también impacta en el movimiento feminista, que por tercer año consecutivo marchará por separado en varias ciudades de España, entre ellas Madrid. En Barcelona, por el contrario, la manifestación principal será, como siempre, unitaria. Este año bajo el lema ‘Mujeres, lesbianas y trans, de pie contra las precariedades, las fronteras y los genocidios’. La Assamblea 8M llama a “desbordar” las calles a partir de las 18.00 horas, desde los Jardinets de Gràcia hasta el Arc de Triomf, para denunciar las desigualdades que sufren las mujeres, aunque en la agenda también figura el rechazo a la guerra en Gaza, a la ley de extranjería y al pacto europeo de inmigración y asilo. Asimismo, los sindicatos CGT, Intersindical-CSC y IAC han convocado una nueva huelga en Catalunya y el sindicato d’Estudiants ha instado a vaciar las aulas.
En Madrid será palpable, de nuevo, la división del feminismo que surgió la pasada legislatura, espoleada por los choques entre PSOE y Podemos
Mientras, en Madrid será palpable, de nuevo, la división del feminismo que surgió la pasada legislatura, espoleada por los choques entre PSOE y Podemos. El feminismo ortodoxo, que defiende una parte del Partido Socialista, se opone la ley trans impulsada por Irene Montero. Consideran que la autodeterminación de género -que se pueda cambiar el sexo en el DNI sin aval médico y tratamiento hormonal- ‘borra’ a las mujeres y desdibuja la discriminación que sufren debido a su sexo biológico. Asimismo, defienden la abolición de la prostitución, en contra de una parte del feminismo que es regulacionista y opta por dar derechos a las mujeres que se prostituyen. Desde la aprobación de la ‘ley del solo sí es sí’, también ha habido choques por las rebajas de penas.
La división en Madrid
Ante ello, la manifestación en Madrid organizada por la Comisión 8M, que ha convocado la marcha principal desde hace 45 años y organizó las huelgas feministas 2018 y 2019, tendrá lugar a partir de las 19.00 horas, desde Atocha a la plaza de Colón, bajo el lema ‘Patriarcado, Genocidios, Privilegios #SeAcabó’. Hacen suyo, por tanto, la consigna que sirvió como revulsivo tras el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, irá a esta manifestación, al igual que hicieron sus antecesoras, debido a que es la marcha principal e histórica.
Pero una parte del socialismo apoya los postulados del Movimiento Feminista de Madrid, contrario a la ley trans, que esta vez se manifestará bajo el lema ‘Abolición ya’, en un claro mensaje al Gobierno para que mueva ficha en este terreno.
Ambas marchas coincidirán en una parte del recorrido y con una escasa diferencia horaria, dado que el Movimiento Feminista de Madrid ha convocado de Cibeles a Plaza de España y por el primer enclave también pasará la marcha de la Comisión 8-M.