Fue en marzo de 2021 cuando Talgo eligió a Gonzalo Urquijo como consejero delegado. Sucedió tan solo dos meses después de su salida por la puerta de atrás de Abengoa, donde ocupaba el cargo de presidente de su consejo de administración y en plena debacle del un grupo empresarial que marcó una época en Andalucía y que llegó a poner de ejemplo de buen hacer hasta Barack Obama. La oferta pública de compra (OPA) lanzada el pasado jueves por el consorcio húngaro Magyar Vagon para hacerse con el fabricante de trenes español, ha devuelto a la palestra tres años después la situación del directivo español, un driblador dentro de la escena empresarial nacional. Urquijo cobraría más de cuatro millones de euros si finalmente Magyar Vagon lanza la opa anunciada y se hiciera con el control de la española.