Casi de fiesta estaba esta noche la hermandad del Descendimiento con la presentación de la terminación del palio, el techo y el exterior lateral de las bambalinas, un trabajo «de envergadura, bien hecho, donde se ha respetado el espíritu, pero que mejora en calidad, con la técnica que precisa y con el nuevo bordado en oro fino», explicaba a Diario CÓRDOBA el hermano mayor, Manuel Aguilera.
El responsable del Descendimiento no ocultaba que el logro tiene una carga emocional especial al ser parte del último proyecto de magnitud en el que, codo con codo con Antonio Villar, se embarcó Fray Ricardo. De hecho, la remodelación del palio se presentó allá por 2018, precisamente el año en el que falleció el sacerdote, cofrade y diseñador y artífice de la revolución estética que experimentó la Semana Santa de Córdoba en los años setenta.
Fue en 2019 cuando se presentó el frontal y la trasera del palio de Nuestra Señora del Buen Fin, con unos diseños nuevos que sin embargo conservan, redimensionados, el espíritu y el significado simbólico de los originales. Posteriormente llegó la crisis sociosanitaria se cebó sobre las cofradías obligándoles a relegar proyectos, una razón más por la que ayer la alegría estaba justificada en la hermandad, explicaba Aguilera.
El logro, sin embargo, no es un punto final, sino un punto seguido. «Hay que terminar el bordado del interior de las bambalinas, hay otros proyectos… Pero por ahora, vamos a disfrutar este Viernes Santo compartiendo la obra con Córdoba», decía el hermano mayor del Descendimiento.
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