Los transportistas de la Región han vuelto a quedarse bloqueados este jueves a ambos lados de la frontera francesa en Irún. Cientos de tractores franceses, vascos y navarros han cortado el tráfico en el peaje de la AP-8. Más de 200 agricultores y ganaderos de ambos lados han impedido la circulación en la autopista tanto en dirección a San Sebastián como hacia Francia.
El bloqueo de la circulación, que se inició por la mañana, se mantenía este jueves por la tarde, según ha informado a La Opinión el transportista murciano Francisco Avilés, que viaja de vuelta a España y se había tenido que detener a varios kilómetros de la frontera.
También ha impedido cruzar a Francia a los camiones cargados con productos de la Región, que volverán a llegar con retraso a su destino, tal y como ocurrió durante las semanas de protestas de los agricultores galos, que se iniciaron el 23 de enero y duraron diez días.
Diferentes columnas de tractores han partido desde las 10.30 horas de la mañana desde distintos municipios de Guipúzcoa y Navarra hasta el peaje de la AP-8 en la frontera de Irún, para sumarse a la movilización convocada por los agricultores franceses.
Tanto el Gobierno Vasco como el Ayuntamiento de Irún han realizado este jueves un dispositivo especial ante las retenciones que originaron estas movilizaciones. La Policía Local ha tomado las medidas necesarias para blindar los accesos de la ciudad guipuzcoana e impedir la entrada de vehículos pesados.
Los agricultores han afirmado que la movilización de este jueves es «un aviso» y reclaman que sus reivindicaciones sean atendidas para el próximo 1 de junio, como fecha límite.
Si no es así, han advertido de que volverán otra vez a las movilizaciones de forma «más contundente, cerrando fronteras tanto en Euskadi, Francia, Cataluña, Italia y Alemania». En esa línea, han insistido en que, si no se alcanzan acuerdos, «paulatinamente» tendrán que ir «subiendo la intensidad de las protestas».
Las principales demandas de los agricultores franceses se refieren al precio de la energía, -del combustible y la electricidad-, mientras que en el caso de Euskadi y Navarra se centran en la eliminación de trabas burocráticas, la competencia desleal de países de fuera de la Unión o los impuestos.
