El recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ha reconocido en Herrera en COPE que los obispos tienen diversas sensibilidades y juicios distintos sobre aspectos de la realidad, pero hay algo fundamental que les une, formar parte del colegio episcopal como servicio de comunión y aliento del Evangelio.
Una de las misiones del presidente de la Conferencia es la relación con las instituciones políticas y sociales. El arzobispo de Valladolid ha expresado su deseo de una colaboración respetuosa y crítica con el Ejecutivo que se proyectará en campos como la educación, los servicios sociales, la preocupación por el bien común y, especialmente, la convivencia. Una convivencia que, como ha dicho monseñor Argüello, “es una palabra que usa mucho el Gobierno, y que implica asegurar unos principios básicos en torno a los que se construye: el Estado de Derecho, la seguridad jurídica, la separación de poderes y la fidelidad a la palabra dada, aspectos del bien común que tienen que ver con la dignidad humana, la verdad y la justicia.
Con algo de ironía, ha dicho que no le parece mal que le llamen “conservador”, en la medida en que los cristianos debemos ser fieles al tesoro que se nos ha dado, pero la fidelidad cristiana es una fidelidad en camino, ya que Cristo no es alguien del pasado, sino que vive hoy. Por eso la fidelidad cristiana genera continuamente novedad. “Todos tenemos cosas que conservar y todos tenemos cosas que innovar”, ha dicho monseñor Argüello, observando que algunas etiquetas llenas de prejuicios no sirven para describir adecuadamente la vida cristiana.