Javier Milei adora con nostalgia la década del noventa del siglo pasado cuando imperaba en Argentina el libre mercado a rajatabla y el salario promedio, ha asegurado, con gran esfuerzo imaginativo, era de 1.800 dólares. A diferencia de aquellos años en los que gobernaba Carlos Menem, el presente de este país es de «no venta». El consumo, la producción y la inversión se han derrumbado a un nivel sin precedentes como consecuencia de la devaluación del 118%, una inflación acumulada en los dos primeros meses de gestión de casi el 50%, que en febrero, se pronostica, será de más del 15%.
El lenguaje político ha incorporado dos palabras a fuerza de ser repetidas por Milei que explican esta contracción: «motosierra» y «licuadora». La primera es una metáfora del fuerte ajuste del Gobierno de ultraderecha. La segunda de esas palabras alude al modo elegido para disminuir el valor real del dinero que circula en la economía. El ahorro del gasto público que el mandatario considera un gran triunfo, se basó, según Carlos Pagni, columnista del diario La Nación, «en una gran licuación de salarios y jubilaciones (pensiones)». El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este jueves que «dada la muy delicada situación social, junto con las ya muy altas tasas de pobreza en Argentina, será importante asegurar asistencia social adicional y preservar el valor real de las jubilaciones».
Una nueva palabra se añade al léxico político de estos días: recesión. Si bien las autoridades se abstienen de pronunciarla con la certeza de los analistas, tampoco la niegan. Aseguran que sucede lo previsto desde que tomaron las riendas del Estado. De hecho, el ministro de Economía, Luis Caputo, auguró a fines de diciembre pasado que «vamos a estar durante unos meses peor que antes» de asumir sus funciones.
El derrumbe de las actividades
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha consignado que la producción industrial cayó un 12,4% en enero. Los sectores que más se retrajeron en relación con enero de 2023 son «maquinaria y equipo (33,5%)», «aparatos e instrumentos (32,5%)», «muebles y colchones, y otras industrias manufactureras (24,6%)», «industrias metálicas básicas (19,3%)» y «vestimenta, cuero y calzado (13,9%)».
La construcción se encuentra casi paralizada, debido a la decisión de las autoridades de frenar la obra pública. El desplome de esa actividad ha llegado al 21,7%. Los elementos que se utilizan para levantar edificios o realizar carreteras se derrumbaron a niveles que Argentina solo conoció a comienzos de siglo: «yeso (40,6%)», «hierro y aceros (38,6%)», «hormigón elaborado (28,6%)», «cemento (19,9%)», «mosaicos (18,5%)», «ladrillos huecos (18,1%)», «pinturas (10,4%)», «grifería, tubos de acero y vidrio (9,1%)» y «artículos sanitarios de cerámica (3,7%)». Las conclusiones preliminares de un informe de la consultora Abeceb, del exministro de la Producción, Dante Sica, son más demoledoras. la fabricación de asfalto descendió 62%. «Esperamos una recesión corta y profunda». La particularidad de este momento, recuerdan otros economistas, es que coincide con una alta inflación. Los especialistas denominan a este proceso «estanflación«.
Impacto en los bolsillos
Los bolsillos de los argentinos sienten el peso de las recetas del anarco capitalista. Abeceb da cuenta de que los gastos para transporte, combustibles, servicios públicos y alquiler de la población se comían 40% del salario en 2023. En la actualidad es del 60%.
La Unión Industrial Argentina (UIA) reconoció que se registran «los niveles más bajos» en la producción y las ventas desde hace años. «Esta situación redundó en más empresas con dificultades para hacer frente a los pagos«. A su vez, advierte «un cambio de tendencia en la serie de empleo, que hasta el momento era la que evidenciaba mayor estabilidad».
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que las ventas minoristas pyme cayeron 28,5% interanual en enero y 25,5% en febrero. Los centros comerciales se han vaciado. Se compra un 35,1% menos que en diciembre (Indec). El registro de automóviles nuevos cayó a su vez 33,5% durante el primer mes de 2024 (ADEFA). La recaudación de la seguridad social se desplomó un 25,7%.
La propuesta de Milei
En este contexto, el Gobierno promueve su «Pacto de Mayo» con expresidentes y gobernadores provinciales. Los invita a suscribir sin ninguna observación el programa draconiano. Promete beneficios fiscales y otros beneficios a las provincias díscolas, siempre a cambio de que se avale en el Congreso la llamada ‘Ley Ómnibus’ con la que busca cambiar de raíz la economía, la política y la vida cultural de los argentinos. Esa iniciativa fue bloqueada semanas atrás en la cámara de diputados y Milei quiere relanzarla con el consenso de parte de sus adversarios. Para el presidente, es la única alternativa para dejar atrás estos meses de penurias. La oposición peronista advierte que ese programa no hará más que agravar las circunstancias.