Real Mallorca, Athletic Club y Real Federación Española de Fútbol (RFEF) abren este jueves el telón de la final de la Copa del Rey, que se disputará el próximo 6 de abril y que deja un mes de margen para llevar a cabo los preparativos de una cita que, más allá de la ilusión que despierta en los aficionados, acarreará un ingente trabajo en cuanto a organización y a la seguridad de un evento que reunirá en Sevilla a más de 50.000 personas llegadas, en su mayor parte, de Bilbao y de sa Roqueta.
La cita entre los finalistas y la RFEF se cerró la pasada semana, tras las semifinales. En la reunión está previsto que se definan los aspectos más importantes para que los aficionados puedan acudir con la mayor tranquilidad al partido que decidirá el título. Y también cuánto les costará.
El número de entradas y el precio al que se venderán es, para los seguidores, lo que más les interesa conocer. En principio, y salvo sorpresa, tanto Athletic como Mallorca dispondrán de 20.500 entradas. Es lo que se dictaminó en anteriores ediciones: un 40% del aforo para cada finalista y un 20% para la RFEF (hay que restar los asientos reservados para autoridades, los que no se ocuparán en las primeras filas para hacer hueco a las cámaras de televisión o los que no se usarán para uso de los medios de comunicación, seguridad u otros servicios).
El precio de las entradas
En cuanto al precio, el otro punto de interés, cabe recordar que en 2023 oscilaron entre los 40 euros de la más barata y más de 250 las más caras. Este año podría ser un poco más elevado, pero aún no se ha desvelado desde la RFEF. Al respecto, cabe señalar que las entradas son nominativas y que, tal y como recuerda cada año la policía, está prohibida la reventa.
El Athletic ya abrió ayer el plazo de inscripción para que sus socios soliciten entrada (solo podrán ir la mitad de ellos, ya que tienen más de 43.000), mientras que el Mallorca desvelará hoy jueves, o mañana, cómo se realizará la reserva ya que en principio cabrían todos en La Cartuja.
De todos modos, en el club bermellón creen que no acudirán todos y los aficionados que no son abonados también podrán comprar. Un asunto a resolver es cómo facilitar que sean seguidores bermellones y no, por ejemplo, seguidores del Athletic.
Además, en el Mallorca aún deben definir cuántas entradas se reserva la entidad para sus jugadores y técnicos de los filiales (son unas 400 personas), trabajadores del club (un centenar) y los compromisos con patrocinadores.