El fantasma de la crisis bancaria sobrevuela otra vez el mercado. Y en el centro de las preocupaciones, de nuevo, New York Community Bancorp (NYCB), que no logra levantar cabeza. El banco regional se hunde más de un 40% en medio de las informaciones que apuntan a que estaría buscando una inyección de capital.

La entidad, según han adelantado ‘Reuters’ y ‘The Wall Street Journal’, se ha puesto en contacto con distintas empresas de inversión para llevar a cabo un posible aumento de efectivo que apuntale su balance.

Las acciones del banco se han detenido en varias ocasiones durante la sesión bursátil de este miércoles y acumulan una caída superior al 80% en lo que va de año.

El ocaso de NYCB comenzó a finales de enero, cuando publicó sus resultados y reconoció que estaba acumulando efectivo para cubrir posibles problemas con sus préstamos, dada su exposición al mercado de activos inmobiliarios comerciales.

Poco después, la agencia de calificación crediticia Moody’s rebajó la nota de solvencia como emisor a largo plazo de New York Community Bancorp desde ‘Baa3’ a ‘Ba2’, clasificándolo como ‘bono basura’ debido a sus «desafíos financieros, de gestión de riesgos y de gobernanza«.

En un intento de despejar dudas sobre su viabilidad, el banco nombraba a Alessandro DiNello presidente ejecutivo con efecto inmediato, para trabajar junto con el consejero delegado, Thomas R. Cangemi, y el resto del equipo de liderazgo ejecutivo senior, y «mejorar todos los aspectos de las operaciones del banco«.

Sin embargo, tras la renuncia de Cangemi, hace tan solo unos días, llevaba a DiNello a ocupar también el puesto de CEO con carácter inmediato.

Asimismo, New York Community Bancorp comunicaba a la SEC, que había descubierto «debilidades materiales» en los riesgos de préstamos. «Como parte de la evaluación de los controles internos de la compañía realizada por la dirección, se identificaron debilidades materiales en los controles internos relacionados con la revisión interna de préstamos, como resultado de actividades de supervisión, evaluación de riesgos y monitoreo ineficaces«, subrayó.

Respecto a los resultados presentados el pasado 31 de enero, y que no estaban auditados, el banco presentó una enmienda al informe original para reflejar un ajuste relacionado con un deterioro del fondo de comercio; ciertos ajustes del periodo de medición que afectan a la ganancia; y un ajuste por un evento posterior.