¿Cómo está siendo la vida en Rumanía? ¿Bistrita es muy diferente a Gran Canaria?

La verdad es que es bastante apacible. En Bistrita no hay muchas cosas que hacer, pero al final yo vengo aquí a jugar al balonmano y estamos todo el día de viajes. Venía con las expectativas bajas y la vida es tranquila. Si le tuviera que poner una pega es sólo el frío que hace. El día a día se pasa en los entrenamientos: gimnasio por la mañana, vamos a comer a un restaurante en el que tiene convenio el club, después a casa a descansar y ya tocamos balón por la tarde.