El ministro de Telecomunicaciones de los rebeldes yemeníes hutíes, Misfer al Numair, ha afirmado este lunes que los buques de tendido de cables submarinos requerirán permiso para transitar por sus aguas, en el marco de las tensiones en la zona por sus operaciones contra embarcaciones en apoyo a la Franja de Gaza frente a la ofensiva militar israelí.
«En todas las declaraciones del Ministerio, enfatizamos que los barcos de cables submarinos deben obtener primero un permiso de Asuntos Marítimos en Saná (la capital) antes de entrar en aguas territoriales yemeníes», ha señalado el titular de dicha cartera a través de su perfil en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
Es por eso que Al Numair ha afirmado que desde el Ministerio de Telecomunicaciones están «dispuestos a ayudar con sus solicitudes de permiso e identificación de los barcos a las fuerzas navales yemeníes», todo ello «preocupados por su seguridad» en el mar Rojo y el golfo de Adén.
Estas declaraciones tienen lugar después de que la empresa HGC Global Communications, proveedor de servicios de Internet con sede en Hong Kong, afirmara que al menos cuatro cables de comunicaciones submarinos resultaron dañados la semana pasada, estimando que los daños habían afectado al 25 por ciento del tráfico de datos de esta zona.
En relación con estas informaciones, Al Numair ha negado la responsabilidad de la insurgencia en estos daños, alegando que los han realizado los ataques estadounidenses y británicos, y ha afirmado que se trata de «una campaña de mentiras judías» llevada a cabo a través de HGC, con registro en Reino Unido y en la Cámara de Comercio británica.
En los últimos meses, las hostilidades se han intensificado en la región como consecuencia de los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza. En solidaridad con los palestinos, los hutíes, respaldados por Irán y que controlan la capital y otras zonas del norte y oeste del país desde 2015, han advertido de que atacarán cualquier buque operado por empresas israelíes o bien que tengan como destino final sus puertos.
En respuesta, Estados Unidos y Reino Unido han liderado una coalición con vistas a proteger el comercio marítimo, llegando incluso a atacar territorio yemení controlado por los rebeldes, lo que ha extendido también los ataques a los buques de estos dos países.