El fin de la cita previa como requisito indispensable para acceder a todas las administraciones no pondrá fin ni con la cita previa como principal canal de acceso a las mismas, ni con las colas que puntualmente (no no tan puntualmente) sufren los ciudadanos para acceder a servicios como el Sepe, la DGT o el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).