Los Minnesota Timberwolves no comenzaron con buen pie su partido contra los Portland Trail Blazers, si bien todo quedó en anécdota divertida y solventaron la noche con un triunfo por 119-114 que les permite recuperar el liderato de la Conferencia Oeste. Momentos antes del salto inicial, los jugadores del conjunto local se dieron cuenta de que faltaba uno de sus rostros habituales… ¿Dónde demonios estaba Anthony Edwards?
La estrella del equipo, una de las grandes promesas jóvenes de la competición, se había dormido en los laureles durante su rutina prepartido y compareció tarde a la llamada de los árbitros. Los colegiados no tuvieron otra que pitar una falta por retrasar el juego a los Wolves, una sanción inconsecuente con el primer aviso. Edwards apareció a toda prisa en la banda y se quedó en cuclillas junto a la mesa de anotadores para pedir el cambio de inmediato.
El encuentro empezó con Nickeil Alexander-Walker reemplazándole en pista, y él entró a los 35 segundos de partido para sustituir a su sustituto de excepción y recuperar la normalidad en el quinteto. A partir de ahí todo fue como la seda, relativamente, y el astro finalizó con 13 puntos después de poder terminar el encuentro a pesar de recibir un fuerte golpe en el codo en el tercer cuarto.
«He perdido la noción del tiempo», reconoció Edwards a los periodistas sobre su curioso retraso al inicio. Normalmente, el jugador pasa gran parte del calentamiento previo haciendo estiramientos con gomas elásticas justo fuera del vestuario, algo alejado de la pista y sin visión directa de la misma.
«No sé lo que ha pasado, preguntadle», comentó el entrenador del grupo, Chris Finch, quitándole hierro al asunto. Bajo el liderazgo de Rudy Gobert, autor de 25 puntos y 16 rebotes, y Mike Conley, con 19 tantos y 7 asistencias, los Wolves recuperaron el liderato de la conferencia gracias a la derrota en L.A. de los Oklahoma City Thunder.
Aunque su ausencia en el quinteto puede resultar una anécdota para la mayoría, muchos apostantes se volcaron en las redes sociales para criticar y quejarse del desliz de Edwards. Con su ausencia inesperada, muchos perdieron el derecho de recuperar su dinero apostado en él.
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