Dos partidos en los que todo lo que no sea ganar puede condenar la temporada al fracaso. Es simple, si el Barça no vence al Mallorca el viernes, dirá adiós definitivamente a cualquier opción de ganar la Liga. Si el Real Madrid superara el domingo en casa al Celta serían 10-11 puntos de distancia. Con 33 puntos en juego. Imposible, esta vez sí ‘oficialmente’.
Y cuatro días después, ese encuentro tan trascendental a nivel deportivo, institucional y económico. La vuelta de octavos de Champions ante el Nápoles, ese duelo marcado en rojo en el calendario barcelonista. 10,6 millones de euros nada más y nada menos son el premio por acceder a los cuartos de la máxima competición continental (más lo que se genera en ‘ticketing’ y en caso de ganar alguno de los dos partidos, todo suma). Algo que, no olvidemos, está contemplado en el presupuesto.
Antes de todo esto que hay en juego, una ‘mascletà’ de aúpa en plenas fallas, Xavi ha decidido dar este martes libre a la plantilla. Un poco de calma antes de la ‘tormenta’. Todo podría haber ido más ‘rodado’ si se hubiera ganado en San Mamés. Y se hubieran dejado buenas sensaciones. Pero tanto el técnico de Terrassa como sus pupilos salieron muy contrariados. Al equipo le faltó fútbol y «garra», como dijo el propio Xavi.
SIN TREGUA PARA NÁPOLES
Será la última jornada de descanso que tendrá el Barça antes de afrontar estas dos ‘finales’ ante Mallorca y Nápoles. A priori, ni siquiera el domingo habrá ‘parón’, siendo que el martes es la gran noche en Montjuïc y el lunes tocará previa ya.
Calendario apretado y un panorama algo más desolador, lógicamente, tras las lesiones graves de Frenkie de Jong y Pedri. Ni uno ni otro estarán en esta semana tan trascendental. Los echará mucho de menos Xavi, que, a priori, apostará por Fermín este viernes (regresaría a los tres delanteros con Lamine y probablemente Joao Félix) y veremos qué once dispone en Champions.