La guerra de Rusia en Ucrania y la posible reelección de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, con su amenaza de no proteger a los países aliados que no gasten lo suficiente en defensa, han cambiado radicalmente el terreno de juego en el que se mueve la Unión Europea en materia de seguridad y defensa. La urgencia es máxima y Bruselas ha decidido pisar el acelerador con la primera estrategia industrial de defensa que asigna un presupuesto de 1.500 millones de euros hasta 2027 para incentivar a los Estados miembros invertir más, mejor, juntos y, sobre todo, ‘made in Europe’. «Europa está en peligro y la paz no puede darse por sentada. La guerra está en nuestras fronteras», ha recordado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.