Nadie dijo que sería llegar y besar el santo. La operación se presumía complicada. Así ha sido. Después de un fin de semana de gloria con el regreso de las cuatro campanas de Xàbia restauradas, hoy ha habido una pequeña decepción. Se ha intentado subir primero la gran campana, la «Grossa» o «Bertomeua», que pesa 1.450 kilos sin contar el yugo de madera. Es puro bronce. Todo parecía que iba bien. Los vecinos se preguntaban, desde abajo, qué estrategia seguirían los técnicos. La grúa ha elevado la campana. Ha llegado a estar a un metro del lucernario de la torre gótica por el que se debe introducir. Pero la grúa ha dicho basta. Se ha bloqueado.