Cuesta encontrar en los últimos tiempos una mejor semana del RCD Mallorca que la última que ha vivido. Ni el más optimista se imaginó tener a su equipo en la final de la Copa del Rey tras superar a la Real Sociedad en la tanda de penaltis ni dejar el descenso a ocho puntos tras derrotar al Girona, el segundo clasificado de la Liga.