Ana Peleteiro volvió a confirmar en Glasgow su condición de implacable competidora. Uno de los grandes seguros de vida del deporte español. En su regreso a una gran cita catorce meses después de haber sido madre la gallega conquistó la primera medalla española en el Mundial en pista cubierta al conseguir la tercera posición en la final de triple salto con una marca de 14,75 metros que además del bronce supone un nuevo récord de España bajo techo y, sobre todo, le concede el pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de París que se disputan el próximo verano. Peleteiro llegaba a Escocia con dos objetivos muy concretos y se marcha con ambos debajo del brazo.