Maria Branyas, la superanciana que está considerada como la persona más vieja del mundo, ha cumplido este lunes 117 años de edad en su residencia de Olot (Girona). Branyas vive en la residencia Santa Maria del Tura de Olot (Girona) y desde hace años ya no atiende a medios de comunicación, pero su familia lanza mensajes a través de un perfil de la red X.
«Buenos días, mundo. Hoy cumplo 117 años. He llegado hasta aquí», se ha congratulado su perfil de X. El mensaje viene acompañado de una cita del misionero Pere Casaldàliga: «La vejez es una especie de sacramento. Pierdes oído, pero sientes más, porque escuchas la vida, no los ruidos… Ante la luz de la muerte, la vida adquiere un peso específico, más definitivo».
Bon dia, món. Avui compleixo 117 anys. Fins aquí he arribat.
“La vellesa és una espècie de sagrament. Perds oïda, però hi sents més, perquè escoltes la vida, no els sorolls… A la llum de la mort, la vida adquireix un pes específic, més definitiu” (Pere Casaldàliga)
— Super Àvia Catalana (@MariaBranyas112) March 4, 2024
Branyas ha recibido felicitaciones públicas, entre ellas del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a través de X: «¡Felicidades Maria! En Olot vive la personas más anciana del mundo y hoy cumple 117 años. Un privilegio tenerla con nosotros».
María sabe que es la persona de mayor edad del planeta «pero le da igual, dice que no es ningún mérito suyo«, asegura Rosa Moret, la menor de sus tres hijos. Rosa explica que desde este verano su madre ha sufrido un bajón «bastante grande», aunque deja claro que «no le duele nada ni padece ninguna enfermedad», simplemente la edad ha hecho que en los últimos años haya perdido visión, oído y últimamente también memoria.
María, que ya tampoco puede caminar sola, pasa la mayor parte de los días sentada en una butaca de su habitación donde recibe visitas de sus dos hijas –su hijo que ahora hubiera cumplido 92 años murió- y de otros pocos familiares. «Las visitas la trastornan, ella necesita tranquilidad», explica Rosa, que detalla que con su hermana María Teresa se han divido las visitas y a ella le tocó ayer.
[Manel Esteller, el hombre que busca el secreto de la vida eterna en una anciana de 116 años de Olot]
Nacida en San Francisco (Estados Unidos) el 4 de marzo de 1907, Branyas regresó a Cataluña con su familia de pequeña, en 1915, y ha vivido dos pandemias (gripe española y covid), la Guerra Civil, la posguerra y el franquismo.
Desde los 92 años, esta catalana reside en la residencia de Olot y ha batido uno a uno todos los récords; desde 2023, es la persona más longeva en vida del mundo. Presenta problemas de movilidad -va en silla de ruedas- y auditivos, pero no ha sufrido enfermedades graves -hasta superó la covid-, lo que le convierte en un caso digno de estudio.
Por ello, el investigador Manel Esteller, eminencia en el campo de la genética y director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, recogió hace unos meses muestras de la superanciana para estudiar por qué su genoma es tan resiliente ante las enfermedades.
Su caso excepcional puede servir a los científicos para entender mejor los mecanismos de envejecimiento del cuerpo, que están asociados a enfermedades como el cáncer o la demencia, para que este conocimiento pueda utilizarse en futuros fármacos.
Según la Asociación Gerontology Research Group (GRG) que se encarga de verificar qué personas son supercentenarias, es decir, que han cumplido los 110 años, mediante los certificados de nacimiento y de matrimonio, 11 personas, todas mujeres, han vivido más que María Branyas, pero ya han fallecido todas.
El récord de longevidad lo ostenta la francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997, que vivió exactamente 122 años y 164 días; le siguen la japonesa Kane Tanaka, que vivió 119 años y 107 días, la norteamericana Sara Knauss, con 119 años y 97 días de vida y con 118 años y 340 días las también francesa Lucile Randon.