La bajada de los tipos de interés del mercado, en anticipación del esperado inicio del recorte de los tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE), comienza a dejarse sentir en los precios de los productos bancarios. Las entidades se comprometieron a pagar una media del 2,377% por los depósitos a plazo suscritos por los hogares españoles en enero, por debajo del 2,578% de diciembre. Se trata de la primera caída intermensual del tipo de los nuevos depósitos desde la puntual que se registró en agosto y -más significativamente- es la más abultada desde junio de 2013, un mes después de que el BCE bajase los tipos (0,219 puntos porcentuales entonces y 0,201 ahora).
El descenso, asimismo, ha sido notablemente más pronunciado que el aplicado de media por los bancos de la zona euro, que además vienen pagando a sus clientes por su ahorro a plazo más que los españoles desde el inicio de la crisis inflacionaria. Así, las entidades de la unión monetaria se comprometieron a abonar un 3,2% por los nuevos depósitos contratados por las familias en enero, frente al 3,29% de diciembre. En consecuencia, el diferencial entre lo pagado por los bancos españoles y los de la zona euro se ha ampliado hasta los 0,823 puntos porcentuales, frente al margen de 0,166 puntos que existía en diciembre de 2021, cuando el BCE comenzó a endurecer la política monetaria para tratar de embridar la escalada de la inflación.
Además, el tipo medio de las cuentas corrientes en España -donde los hogares guardan el 86,3% del dinero que tienen depositado en los bancos- se mantuvo en enero por tercer mes consecutivo en el 0,15%, frente al 0,38% de la zona euro. En anteriores ciclos de alzas de tipos, el ahorro se repartía de forma equilibrada entre estas cuentas y los depósitos, que suponían entre el 50% y el 60% de lo que las familias guardaban en los bancos. Es decir, que las entidades pagan muchos menos intereses a los hogares que en episodios similares del pasado. En enero, el saldo en depósitos aumentó en 6.661 millones y el de cuentas bajó en 15.209 millones, pero la diferencia entre uno y otro sigue siendo muy abultada (136.033 millones y 861.012 millones, respectivamente).
Crédito más barato
La otra cara de la moneda, como suelen resaltar los bancos, es que el crédito también se está abaratando. Eso sí, con matices. En enero, el tipo de las nuevas hipotecas bajó por tercer mes consecutivo, del 3,74% al 3,7%, hasta un nivel algo inferior al de la zona euro (3,87%). El tipo medio de los nuevos créditos a empresas también descendió del 5,04% al 4,93% (5,22% en la unión monetaria). Sin embargo, subió el interés medio de los nuevos créditos al consumo de los hogares (del 7,69% al 8,08%) y de los préstamos a familias para otros fines (5,68% a 5,89%). Además, el tipo medio del saldo de hipotecas se mantuvo en el 3,71%, debido al encarecimiento acumulado de las cuotas hipotecarias por la escalada del euríbor de los últimos dos años.
Los bancos suelen argumentar que la baja demanda de crédito y su amplia liquidez no les hace tener que captar depósitos para financiar dichos préstamos, con lo que no sienten presión para subir su remuneración. En enero, las entidades concedieron 4.599 millones en hipotecas, un 10% menos que en diciembre. A las empresas, por su parte, les prestaron 25.496 millones, un 28,9% menos que el mes anterior.
Pendientes del BCE
El recorte del tipo de los nuevos depósitos de enero está en línea con la estrategia de la banca española de los dos últimos años, en los que ha arrastrado los pies de forma notable en la remuneración que paga a sus clientes. Así, ha subido el tipo de estos productos de ahorro a plazo menos que en otras épocas de alza de los tipos oficiales del BCE y es también de los sectores financieros que menos los ha incrementado en la zona euro. Una estrategia que las entidades no prevén ni mucho menos cambiar en 2024, como han reconocido en las recientes presentaciones de sus resultados anuales.
La bajada del euríbor, que sirve de referencia implícita para el interés que las entidades pagan por los depósitos, explica el descenso del tipo de enero. Entre octubre y dicho mes, este índice -que mide el precio al que los bancos se prestan dinero entre sí- bajó del 4,16% al 3,609%. En febrero, una vez que el BCE logró convencer al mercado de que es más probable que comience a bajar sus tipos en verano que en primavera, el euríbor volvió a subir al 3,671%, con lo que es posible que el descenso de la remuneración del ahorro se modere o incluso se revierta puntualmente. Pero a medio plazo, el entorno de tipos más bajos se plasmará seguro en el tipo de los depósitos, así como en el interés del crédito.