1. DOS GOLPES TREMENDOS

Ganar en San Mamés y encaramarse al liderato. Eso tenían en la mente los futboleros blaugrana con Xavi al mando de la táctica, estrategia y resto de aspectos que podían guiar/aleccionar a su once ante el Athletic Club. Noche importantísima para superar al Girona y enviar un ‘container’ de nervios hacia Madrid

El duelo ante el conjunto rojiblanco comenzó con un Barça bien ordenado pero sin llegadas limpias al área de Unai Simón. Raphinha no encaraba a Imanol -banda derecha- y Koundé no tuvo incidencia ofensiva. Sólo Cancelo intentó amenazar a la defensa local y, concretamente, por la zona que defendía el ayer lateral diestro Beñat Prados.

El portugués casi batió a Unai Simón (en esa acción Fermín no pudo salvar la salida del meta) con un derechazo largo, alto e imponente. Le quitaron el gol el guante del guardameta y el central Yeray.

En cuanto al ritmo de juego, para los blaugrana duró 26’ minutos; los que duró el tobillo de Frenkie de Jong sobre el césped.

Esa inesperada lesión golpeó psicológicamente a un Barça que tenía bajo control a Iñaki Williams, Berenguer y a su delantero centro, Guruceta. Se iniciaba casi siempre en corto y, de pronto, balones largos sin posibilidades para Lewandowski.

Cuando también se lesionó Pedri, hacia el final de este primer acto, el Athletic no se desató pero creció mientras el equipo de Xavi trataba de asumirlo con Fermín y Lamine sobre el césped. Nubes negras.

2. EL ATHLETIC ASFIXIA EN CAMPO BLAUGRANA

Las lesiones de los grandes pasadores (y armadores de juego) dejó un escenario favorable a los leones. Valverde lo detectó y envió a su 4-3-3 a campo azulgrana. La clave del posible éxito táctico residía en ser capaces de mantener la presión alta. Lo consiguieron porque no permitieron que Gündogan -pasó al puesto de Frenkie– organizase el juego blaugrana. El Barça se quedaba ‘corto’ y la única esperanza ofensiva era contactar con Lamine Yamal. El jugador que sí puso en práctica su habilidoso/poderoso regate.

Y Xavi lo vio pero aún necesitaba tiempo para meter los cambios que pudiesen romper el 0-0 de un partido que fue de más a menos, lado blaugrana, y de menos a más para los leones.

El nivel de Raphinha -fue a banda izquierda cuando entró Lamine– no subía, a Lewandowski no le presentaban oportunidades (sólo una pero Paredes, lanzándose con todo, evitó el derechazo del polaco) y a Fermín lo mantenían fuera del área. Algún córner pero sin problemas serios para Unai Simón.

3. FACTURA FÍSICA Y OPORTUNIDAD FALLIDA

El Athletic jugaba/presionaba más y mejor que los azulgrana pero Cubarsí (sustituido al final por Iñigo Martínez), Araujo, Cancelo, Koundé y Ter Stegen (siempre muy atento a no quedar muy hundido en área de meta) sacaron todos los balones que entraron en área blaugrana. Los centros de los costados, las individuales de Berenguer y Williams, las del último cuarto contra Sancet, Villalibre y Djaló. El Barça quería ir hacia arriba pero el empate, los pocos minutos que restaban y el empuje sostenido local no daban tregua. Destellos de Lamine y poco más porque los cambios no funcionaron.

Y el empate final reinó en una noche que empezó con ilusión y acabó con la lengua fuera en algunos futboleros blaugrana. El tren del título está más lejos aunque siempre es más grande creer.