El oro sigue brillando. El metal precioso, considerado uno de los principales activos refugio, ha subido este lunes un 1,43%, hasta los 2.125,60 dólares, y mira a los máximos históricos que marcó el pasado 4 de diciembre, cuando los precios alcanzaron los 2.135,40 dólares.
«El oro está disfrutando de una nueva ola de demanda a raíz de los datos recientes de EEUU que no alcanzaron los objetivos esperados», analiza James Harte de TickMill Group.
En este sentido, el ISM manufacturero estadounidense cayó hasta 47,8 puntos en febrero frente al 49,5 esperado y a los 49,1 del mes anterior. La confianza del consumidor, por su parte, también bajó a 76,9 desde el 79,6 estimado.
«Tras unas ventas minoristas marcadamente inferiores a principios de semana, los datos asestaron un nuevo golpe al dólar estadounidense, permitiendo al oro espacio para subir«, indica el experto.
Asimismo, la expectativa de que tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco Central Europeo empiecen a bajar los tipos de interés a partir de junio ha supuesto un impulso para el metal precioso.
«La Reserva Federal ha reafirmado su mensaje de que sigue dispuesta a mantener las tasas en territorio restrictivo tanto tiempo como sea necesario para reducir la inflación. Sin embargo, dado que los datos aparentemente han atravesado una mala racha durante el último mes, los operadores tal vez sientan que este tono podría cambiar si los datos entrantes continúan debilitándose«, indica Harte.
«Los temores de una mala racha en EEUU podrían ser suficientes para que la Reserva Federal adelante los recortes iniciales de tipos este año, lo que debería presionar aún más al dólar y respaldar al oro en el corto plazo», subraya.
En este sentido, serán claves la reunión que celebre este jueves el Banco Central Europeo (BCE), para la que se descuenta mantenga los tipos de interés en el 4,5%; y las comparencencias del presidente de la Fed, Jerome Powell, ante el Congreso y el Senado de EEUU para explicar sus previsiones en política monetaria. En ambos casos, el mercado buscará ‘pistas’ para intentar averiguar cuándo empezarán las bajadas de tipos.