El Cabildo otorga el premio Roque Nublo a la asociación canaria de amigos del pueblo saharaui por su apoyo incondicional durante casi medio siglo a los refugiados en los campamentos de Tinduf. Octavio Melián, su presidente, explica las actuaciones y objetivos de la ACSPS y asegura que el giro del presidente Pedro Sánchez, que califica de «puñalada», no mermará el respaldo de los canarios a la causa saharaui.
Los méritos de la asociación son incuestionables en estos casi 50 años de existencia, tras el abandono de España del Sahara, pero cada vez es mayor la sensación de que en esta causa humanitaria se sigue predicando en el desierto. ¿Qué significa este galardón del Cabildo?
La asociación nace prácticamente a la par que la fundación de la República Árabe Saharaui Democrática, el 27 de febrero de 1976. La simpatía que ya se sentía por este pueblo hermano desde la década de 1960 planteó la necesidad de aunar y dar viabilidad a los diferentes esfuerzos que se venían realizando desde la isla, de tal forma que se respondía a lo que nos demandaban desde los campamentos de refugiados. Somos una ONG que propone una serie de objetivos, como defender los derechos inalienables a un referéndum libre, justo y transparente, como recogen las más de 150 resoluciones de la ONU. O denunciar la violación sistemática de los Derechos Humanos por parte de las fuerzas de represión y ocupación marroquíes en el territorio ocupado. Y también exigir al Gobierno español que cumpla con sus obligaciones como potencia administradora y que cese la venta de armas, que son utilizadas para hacer efectiva la represión contra la población saharaui. La nominación del Cabildo para este galardón nos llena de mucha satisfacción, y a mi entender, es el homenaje a todas las personas que han estado al frente de la asociación a lo largo de los años, así como un homenaje a la población canaria que siempre ha estado cercana a la causa justa del pueblo saharaui.
¿Qué implantación tiene actualmente la asociación y cómo se sostiene?
Desgraciadamente en el mundo, y en lugares cada vez más cercanos, se vienen desarrollando conflictos bélicos a los que también mostramos la solidaridad, y en apariencia parece difuminar el conflicto saharaui, pero no es así, el Sahara siempre está presente en el pueblo canario hasta que se haga justicia. Así, nos apoyan en el desarrollo de proyectos, como en la venta de libros o artesanía saharaui, más los socios, que nos sostienen económicamente. Además, los gastos son mínimos porque todo parte del voluntariado.
El galardón llega cuando se intensifican las relaciones de España con Marruecos, que se entiende como otro paso en el olvido del Gobierno central en las responsabilidades con su antigua colonia. ¿Cuál es ahora la situación en los campos de refugiados de Tinduf y en lo que denominan territorios ocupados?
Nosotros somos partidarios de las relaciones entre todos los pueblos en igualdad de condiciones, situación que no se da en estos momentos entre Marruecos y España. Uno ejerce de extorsionador y el otro de manso, sin que lleguemos a entender esta sumisión de España. En ningún campamento de refugiados la situación es fácil y Tinduf no es ajeno a esto. Recordemos que están situados en la llamada Hammada, la zona más dura del desierto, con lo que ello significa para la salud de la población. Marruecos viene presionando a los grandes donantes de ayuda humanitaria para reducirla al máximo. No obstante, no existe una situación de emergencia extrema por hambre o miseria por la respuesta solidaria de todas partes del mundo, y donde Canarias juega también su papel. Otra cosa es lo que ocurre en los territorios ocupados por el ejército de Marruecos en el Sahara, que no olvidemos que fue la provincia 53 de España, donde el citado ejército y colonos ejercen permanentemente represión sobre mujeres y hombres nativos saharauis por el simple hecho de manifestar sus deseos de independencia. Aminatou Haidar, Hamad, Sultana Khaya, Dadach o Brahim son valientes personajes, de cientos de ellos, que han demostrado su entereza ante la represión. Más de quinientos prisioneros permanecen en las peores cárceles marroquíes, y a ello hay que sumar los cientos de desaparecidos. La persecución, la tortura, las desapariciones y la muerte es el riesgo al que cada día están expuestos los saharauis en los territorios ocupados. Recordemos que las autoridades marroquíes impiden que activistas defensoras de los Derechos Humanos puedan visitar el territorio, al igual que cargos públicos españoles y europeos se ven imposibilitados de comprobar in situ la situación. La prensa está fuertemente reprimida, los periodistas son expulsados para que no vean, ni consiguientemente informen, sobre la realidad y el sufrimiento en el territorio invadido.
Además del giro inesperado de Pedro Sánchez y el PSOE respecto a la posición histórica de España en el conflicto, también se percibe un enfriamiento en el apoyo al pueblo saharaui por parte de los últimos gobiernos de Canarias, ya sean de izquierda o de derecha. Ahora apuestan por estrechar las relaciones con Marruecos, como se está viendo con el intento de recuperar la línea marítima de Fuerteventura a Tarfaya. ¿Qué respaldo político le queda a la causa saharaui en las Islas?
Es preciso recordar que el Sahara Occidental no forma parte de la integridad territorial marroquí. Nunca lo ha sido, y nunca lo será, es un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Respecto a la línea con Tarfaya, serán los agricultores canarios los más afectados. Y se necesitará incrementar los sistemas de lucha contra la droga y la emigración, dirigida e interesada como medio de presión del gobierno marroquí, que utiliza ambas como armas arrojadizas para humillar a los españoles. A la larga, el turismo se verá igualmente afectado. El giro del presidente Sánchez respecto a la tradicional postura de España es nada más y nada menos que una traición, una más de los diferentes presidentes socialistas al pueblo saharaui. Decisión tomada de forma personal, a espaldas de su propio gobierno, de su partido y afiliados, de sus socios de gobierno y del Congreso de los Diputados, máxima expresión de la gobernanza del país. En contra de las resoluciones de la ONU y de los tribunales europeos, en un oscuro alarde de sumisión ante la corona medieval marroquí que se saltan todas las leyes internacionales. La hipocresía de Pedro Sánchez llega al punto de reclamar para otros conflictos bélicos lo que niega a los saharauis. Quienes piensan que todas estas situaciones van a debilitar la lucha del pueblo saharaui es que no conocen ni el desierto ni a los saharauis. A cada puñalada sin sentido el pueblo canario responde con más solidaridad.
¿Se mantiene intacto el apoyo de la sociedad civil canaria?
Los canarios somos gentes agradecidas. Conviene recordar que hasta mediados de la década de 1970, más de 15.000 canarios encontraron en el Sahara su medio de sustento propio y para sus familias. Una emigración importante para la época a un territorio desértico donde siempre fueron bien acogidos. En Canarias queremos un Sahara independiente porque como cualquier pueblo del mundo tiene el deber y derecho de serlo. Un Sahara libre es un futuro mejor para Canarias, entre otras cosas porque no estaremos expuestos a los deseos del monarca medieval marroquí de anexionarse las Islas para constituir lo que llaman el Gran Magreb. Y que van dando sus pasos sobre las aguas territoriales canarias para explotar sus riquezas. Canarias no se vende, el Sahara tampoco.
Las acciones más visibles de la asociación son el envío de gofio y otros alimentos a los campamentos de Tinduf y la acogida de menores durante el verano. ¿Peligran esas actuaciones?
La conciencia solidaria de la comunidad canaria no va a dejar de apoyar esta causa. Ayuntamientos, cabildos, y de forma notable el de Gran Canaria, son ejemplos de la solidaridad, que al fin y al cabo representa a toda la ciudadanía. El gofio es un elemento primordial para la población refugiada y alrededor de dos millones de kilos hacen frente a esta demanda. El proyecto Vacaciones en Paz, por el que niñas y niños son acogidos por familias canarias durante el verano porque en los campamentos las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados, se redujeron un poco por la pandemia, pero estamos en camino de recuperar de nuevo el número anterior.