Era uno de los duelos más complicados que Vinicius. O el más complejo de su carrera. Un jugador acostumbrado a estar en la élite y a tener los focos encima. Pero lo de Mestalla era otra película, la que no pudo grabar Netflix y que él protagonizó por completo. Enfrentó la presión de ser el futbolista odiado por todos para salvar un punto de calidad que, tal y como están las cosas, puede valer una Liga. El brasileño sacó de la desconexión al Real Madrid (2-2) -y así mismo- en su partido más difícil, donde el racismo quedó oculto. La peor de las noticias la protagonizó Diakhaby, otro activo contra el racismo, con una lesión que hizo estremecer hasta a un jugador como Modric. El partido terminó en una trifulca enorme tras un gol anulado al Real Madrid con Vinicius como gran protagonista. La historia de siempre.