Este 3 de marzo se celebra el día Mundial de la Audición. El oído, o la falta de él, es una «discapacidad invisible», asegura Roberto Suárez, presidente de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), en una entrevista con El Independiente. Aunque aquellos con sordera no quieren que sea una limitación o ser considerados personas enfermas: «Los límites vienen dados por los prejuicios y estereotipos«.

En España hay 1.230.000 personas sordas censadas (en los datos del INE de 2020), y la Organización Mundial de la Salud estima que más del 5% de la población mundial padece pérdida de la audición. Hay diferentes casos, que pueden afectar a uno o ambos oídos, pero solo se considera personas sordas a aquellas que oyen muy poco o nada.

Pero este domingo se celebra el día de la audición para visibilizar a todos aquellos que viven con algún tipo de pérdida auditiva. «Cabe aclarar que comunicar en lengua de signos y llevar audífonos, implantes cocleares, hacer uso del subtitulado o de cualquier otra ayuda técnica para la comunicación, no son opciones excluyentes entre sí. De ahí que en la CNSE apostemos por sumar recursos», asegura Roberto Suárez.

Una imagen de un hombre escuchando música frente al mar. Imagen de Pixabay

Inclusión de la lengua de signos

Con motivo del Día Mundial de la Audición, la CNSE reivindica la presencia de las lenguas de signos en todo lo dedicado al cuidado auditivo. Además, urgen a que se incorpore en los servicios de atención temprana. La OMS incluye la lengua de signos como un elemento necesario en los distintos servicios de salud auditiva en su Informe Mundial de la Audición de 2021, «una decisión muy aplaudida», según el presidente de la mencionada confederación.

Instan a médicos, logopedas y especialistas de la rehabilitación auditiva a colaborar para normalizar, trabajar en pos de la inclusión y mejorar la calidad de vida de quienes viven con sordera. «Porque las personas sordas somos muchos más que un oído que rehabilitar«, dice Roberto Suárez.

Una cuestión a la que también alude la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Recomiendan a los gobiernos que apoyen la prestación de servicios de lengua de signos a todos las niñas y niños sordos con y sin tecnología auditiva.

Roberto Suárez, presidente de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE).
Roberto Suárez, presidente de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE).

Limitación del acceso a la educación

Uno de los temas que más preocupan son las limitaciones en el acceso a la educación. asegura el presidente de CNSE. Desde la CNSE insisten en la importancia de un «modelo educativo integral«. Este, en cuestión de lenguas, trabajaría «la lengua oral, la lengua de signos y los idiomas extranjeros».

El Real Decreto 155/2024 reconoce las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda y la lengua de signos española como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.

En el reality de Netflix La universidad para sordos se expone lo que en España todavía es un sueño, un centro de educación superior dedicada a personas con diferentes niveles de audición. Se llama Gallaudet (en honor a un pionero en la enseñanza a sordos), una universidad privada de unos 1.000 estudiantes que se encuentra en Washington.

En España no hay nada parecido. Pero Roberto Suárez señala que entre las medidas que se proponen está el fomento de la investigación académica y etnográfica sobre la cultura sorda, la lengua de signos y las expresiones culturales asociadas. «Cuestiones todas ellas que contribuirían a la documentación exhaustiva de este patrimonio, así como a la comprensión de su evolución a lo largo del tiempo», comenta.

«Se les está exigiendo valerse de fortaleza para sobrellevar la falta de empatía y accesibilidad»

En este sentido, la puesta en marcha de una universidad para personas sordas del estilo de la estadounidense Gallaudet podría considerarse una excelente manera de materializar esta medida.

«Sea como sea, el alumnado sordo universitario merece una universidad inclusiva y saludable. Que entienda sus necesidades como una cuestión de derechos y no como un trato de favor», añade el presidente.

«Se les está exigiendo valerse de fortalezas como la perseverancia, la paciencia, la negociación o la rebeldía para sobrellevar de la mejor manera la falta de empatía y accesibilidad», explica Suárez. «La resiliencia no soluciona los problemas del alumnado sordo. Lo que necesitan es ver cumplidos sus derechos».

La sordera es una «discapacidad invisible que la gente no ve» y una de las cargas es tener que dar explicaciones constantemente. Las necesidades de una persona sorda no son obvias. Por ejemplo, para ir al médico necesitan un intérprete de lengua de signos, por lo que tienen que esperar a que esté disponibles.

«Seguimos enfrentándonos a prejuicios y estereotipos totalmente injustificados que nos restan oportunidades. ¿Cómo revertir esta situación? Fomentando aquellos espacios que aseguren nuestra participación. Véase, espacios comprometidos con la accesibilidad universal y espacios en los que podamos aportar nuestra experiencia. En definitiva, es necesario promover una mayor presencia pública de las personas sordas para que se nos conozca», reiteran desde CNSE.

La gente mayor y las revisiones auditivas

Según Eurotrak, que realiza un estudio comparativo multipaís sobre pérdida auditiva y uso de audífonos, en España el 10% de la población declara tener pérdida auditiva. De ellos, poco más del 30% lleva audífonos.

Según datos del estudio «Sonidos de España y salud auditiva» realizado por Aural, el 40% de la población nunca se ha hecho una revisión auditiva. A pesar de que el 85% considera que sería un problema para su salud si perdieran capacidad de oír.

Y contra todo pronóstico, todavía hay gente que no se sentiría cómoda ante la posibilidad de usar audífonos, una herramienta imprescindible para oír en ciertos casos. Según el mismo estudio, el 7% de los españoles confiesa que usar un audífono le daría vergüenza. Ahora la gente «tiene más canales para informarse», aseguran a este periódico desde Aural, y a pesar de ello «sigue existiendo estigma».

El 7% de los españoles confiesa que usar un audífono le daría vergüenza.
El 7% de los españoles confiesa que usar un audífono le daría vergüenza. Aural

«Si le damos visibilidad contribuimos a normalizarla. Ten en cuenta que, en España, solo 3 de cada 10 utiliza audífonos. Y esto es así porque la persona con pérdida auditiva es muy reacia a buscar una solución, tiene muchas reticencias porque siente que si usa audífonos es porque se está haciendo mayor«, aseguran. Su intención es «lograr que llevar audífonos cuando se tiene pérdida auditiva sea tan normal como llevar gafas cuando se ve mal», reiteran.

Entre los mayores de 65 años el porcentaje sube al 42%, pero entre los 45 y los 64 no llega al 26%. «Una persona que no oye bien y no corrige su pérdida auditiva pierde las ganas de socializar«, comentan desde Aural. Esto puede resultar en aislamiento del entorno, «lo que puede causar estrés y depresión, e incluso acelerar el deterioro cognitivo en los casos más extremos».

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