Asturias, una de las pocas comunidades autónomas que no ha rebajado en los últimos años el impuesto de sucesiones, es la región con mayor tasa de renuncias a heredar. Los notarios señalan que la principal causa del rechazo de los legados es la existencia de deudas en las herencias, pero reconocen que eso ocurre en todas las regiones. No es un factor diferencial. Si lo es la fiscalidad. Los estudios que elabora periódicamente el Consejo General de Economistas de España señalan que Asturias es la región donde más se paga por heredar cuando se superan determinados niveles de base imponible.
Asturias registró el pasado año 2.210 renuncias de herederos. La cifra es inferior a la de 2022 (2.479 renuncias), pero está muy por encima de la media de los últimos diez años, según datos facilitados a este diario por el Consejo General del Notariado. Si el número de herederos que rechazan un legado se pone en relación con el número de herencias adjudicadas en el mismo año (hay que tener en cuenta que varias personas pueden renunciar a una misma herencia) se obtiene una tasa de rechazo en Asturias del 23,32%, que es la más alta de toda España y muy por encima de la media nacional del 16,99%. En regiones como País Vasco y Aragón, la tasa incluso está por debajo del 10%.
Según destacan los notarios, la mayoría de las renuncias están vinculadas a la existencia de deudas. El difunto deja más pasivo que activo y el heredero no está dispuesto a asumirlo. No obstante, eso sucede en todas las comunidades autónomas. Lo que no es igual es el marco fiscal.
Durante los último años se ha registrado en España una cascada de rebajas fiscales en el impuesto sobre sucesiones en la que Asturias no ha entrado. La mayoría de las comunidades autónomas (Andalucía, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura. Madrid, Murcia, La Rioja, Comunidad Valenciana, País Vasco y Navarra) prácticamente liberan de tributación a los herederos directos tras sucesivas bajadas en el tributo y otras comunidades (Galicia y Aragón) han establecido mínimos exentos en las bases imponibles del impuesto por encima de los 300.000 euros fijados en Asturias desde la última reforma en 2017. El Principado no ha entrado a competir y ello a pesar de que, a partir ciertos niveles de base imponible, heredar en Asturias es más caro que en el resto de España. Un estudio del Consejo de Economistas señala que un soltero que hereda de su padre en Asturias 800.000 euros paga de impuesto 103.135 euros, el mayor importe en España.
Si uno de los herederos renuncia a su parte de la herencia –excepto que el causante hubiera establecido una cláusula de sustitución en su testamento para tal situación– esta se reparte entre los que sí la han aceptado. La complejidad surge cuando los herederos situados en la primera línea de sucesión renuncian. En ese caso, puesto que la herencia no desaparece, concurrirían las sucesivas líneas de herederos establecidos por la ley para la sucesión sin testamento. Es decir, hijos de los herederos, nietos o ulteriores descendentes, ascendientes, si los hubiera, hermanos, sobrinos o primos del fallecido.
Si todos estos posibles herederos renunciaran a la herencia, esta correspondería al Estado, según el régimen del Código Civil, o a la correspondiente comunidad autónoma o diputación foral, según los regímenes civiles especiales. En todos estos casos, la ley dispone que las administraciones reciben la herencia «a beneficio de inventario» por lo que solo responden de las deudas y demás cargas de la herencia hasta donde alcanzan los bienes incluidos en ella. A esta misma figura se pueden acoger también voluntariamente cualquiera de los herederos en las fases previas. Con herencia a beneficio de inventario los bienes particulares del heredero no quedan afectados ni comprometidos por las deudas del fallecido. El pasado año se tramitaron en Asturias 47 aceptaciones de herencias a beneficio de inventario, según los datos del Consejo General del Notariado.