La joven tía del niño de cuatro años, de 17 años, dormía acurrucada con su sobrino en el sofá de su casa en Magaluf poco antes de que se desatara el fatal accidente doméstico. El pequeño se despertó súbitamente y se escondió en la secadora con la intención de darle una sorpresa. A continuación se desató la tragedia al no poder salir y falleció por asfixia. Estas son las primeras conclusiones de la investigación de la Guardia Civil al reconstruir los hechos.