Más de mil personas están en lista de espera para entrar en una residencia pública en Mallorca y sin embargo algunas no están al 100% de su capacidad. Las dificultades para encontrar personal (el mal compartido por prácticamente todos los sectores económicos de estas islas) complican la situación. Además, en varios centros las obras de ampliación o mejoras están estancadas, con lo que las nuevas plazas se van habilitando con cuentagotas.