Visto lo visto hasta la fecha, Xavi tenía razón cuando decía que la máxima prioridad del Barça el pasado verano debía ser fichar un sustituto de máximo nivel para Busquets. Por el motivo que sea no se atendieron los deseos del técnico, que eran Zubimendi, el alemán Kimmich y el croata Brozovic, por este orden. Parece que eran operaciones económicas demasiado costosas, aunque a nadie le tembló el pulso para atar a Vitor Roque por 30+31 millones de euros en el mercado de invierno.
Al final, se fichó a Oriol Romeu. Un gran jugador que estaba triunfando en el Girona y que aterrizó en el Barça con la ‘sencilla’ misión de hacer olvidar a todo un Sergio Busquets. ¡Casi nada! El invento no ha acabado de funcionar y, a día de hoy, se ha improvisado una solución con Christensen como pivote. El voluntarioso central danés está intentando adaptarse a toda prisa a una posición que no es la suya y nunca lo será. Parece jugar resignado, y tampoco se le ve muy motivado para triunfar en esa zona del campo.
El Barça de la pasada temporada fue envidiado por su enorme fortaleza defensiva, pero apenas unos meses después va dando tumbos como un tentetieso, sin que nadie logre entender qué ha cambiado de una temporada a otra. Los errores defensivos, colectivos e individuales, se han ido sucediendo y han minado la moral de los culés que esta temporada afrontan los partidos en un estado de nervios inédito. En los últimos partidos se ha visto una mejoría en el sistema defensivo pero los múltiples errores han lacrado el rumbo del Barça en esta Liga y han dado alas a un Real Madrid que se mantiene líder de LaLiga habiendo marcado menos goles que los de Xavi (54 por 56) pero que ha encajado muchísimos menos (16 por 34).
Lo que sí es una certeza es que aquel equipo tenía a Busquets en la posición de pivote, a Jordi Alba de lateral izquierdo y a Koundé (aunque manifiestamente molesto) en el lateral derecho. Los dos primeros emigraron a América y dieron un paso al lado para permitir el rejuvenecimiento de un equipo necesitado de sabia nueva y Koundé ha pasado de ser toda una garantía defensiva a cometer errores incomprensibles para un jugador de su talla.
Este verano la prioridad debería volver a ser el fichaje de un pivote ‘top’, cueste lo que cueste. Con un buen pivote, la consolidación de los jovencísimos Cubarsí, Fermín y Lamine Yamal y la posibilidad de que regrese Ansu Fati podríamos estar ante un Barça preparado para volver a lo más alto.