Los pasillos de la Audiencia Provincial de Zaragoza mostraron ayer por la mañana un trasiego inusual con más de una veintena de asientos ocupados fuera de las salas de vistas. ¿El motivo? Jubilados y padres y madres de familia estaban citados a declarar como víctimas de una treintena de asaltos a sendos unifamiliares en los que residen en diferentes barrios de la capital aragonesa. Pero no hizo falta que se situaran frente al tribunal porque N. P. (Albania, 1981) y G. K. (Albania, 1988) reconocieron los hechos ante la Sección Primera y aceptaron una pena de tres años de cárcel como autores de un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada.